José Manuel y Lorena mantuvieron una relación de diez años hasta que ella decidió poner punto y final. Fue meses antes de que él, una persona muy agresiva y posesiva, acabara con la vida de ella a puñaladas. Todo está listo para que la Audiencia Provincial de Gijón juzgue el crimen de Lorena Dacuña.
El asesinato perpetrado en La Calzada en febrero de 2020 sigue vivo en la memoria de los vecinos de Gijón. Han pasado ya casi dos años, pero nadie puede olvidar el día en el que José Manuel siguió a Lorena hasta su casa con un cuchillo en la mochila. Las acusaciones piden 25 años de cárcel para él.
Consideran probado que el acusado acabó con la vida de la víctima y que actuó con alevosía. Piden que cumpla la pena íntegra y que se apliquen los agravantes de parentesco y violencia de género. Fiscalía lo considera un asesinato, aunque rebaja la petición a 20 años, mientras que la defensa alega que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas.
Violento y posesivo
Según afirman en su entorno, José Manuel Sánchez Merino es una persona muy violenta y posesiva. Durante diez años vivió un idilio junto a la mujer de la que estaba enamorado, Lorena. Pero cuando ella decidió dejarle, él no lo aceptó y estuvo insultándola y amenazándola durante meses.
La madrugada del domingo 2 de febrero de 2020, José Manuel se tomó la venganza por su mano. Esa noche, en la que dice que estuvo tomando alcohol y consumiendo drogas, vio a su ex saliendo del pub junto a otro hombre. Movido por los celos, cogió un cuchillo y fue a casa de Lorena donde esperó pacientemente a que volviera.
Una vez dentro del domicilio de la víctima, el acusado le propinó varias puñaladas que le provocaron importantes hemorragias en la zona abdominal. Una de las heridas cortantes, directa al corazón, acabaron con su vida. Además, José Luis se había ensañado a golpes en la cara de Lorena antes de matarla.
Aceptan todas las pruebas
José Manuel tuvo la misma frialdad para esperar a Lorena en el portal de su casa que a la hora de esperar a la policía. Cuando lo encontraron en su piso reconoció los hechos y dio todos los detalles del mismo. Meses después, estando en prisión provisional se retractó, aunque todas las pruebas apuntan hacia él.
El órgano competente ha aceptado todas las pruebas presentadas, que se mostrarán en el juicio. Lo único que queda es poner fecha, aunque será de forma inminente. Empieza la cuenta atrás para que se haga justicia con Lorena Dacuña.
La familia de la víctima aguarda con esperanza el juicio para ver al asesino entre rejas. En especial el hijo de Lorena, Kiko Dacuña, que llama cobardes a José Manuel y al hombre que aquella madrugada acompañó a la víctima a su casa. Sorprendido por el ataque del agresor, echó a correr y ni llamó a la Policía.
Acoso por las redes
Lorena tenía 41 años cuando fue asesinada, y trabaja como empleada de la limpieza. José Manuel trabajaba de camarero y se conocieron en la sidrería donde él estaba empleado. No tardó en mudarse al piso de ella, y luego se mudaron a un piso de La Calzada.
Lorena tardó mucho tiempo en contar a su entorno los problemas que tenía con su apreja. Pero su verdadero infierno empezó cuando le dejó, en noviembre de 2019, y empezó a sufrir acoso a través de las redes. Su cadáver fue localizado la tarde del lunes 3 de noviembre, horas después de que José Manuel cumpliera sus amenazas.
Las compañeras de trabajo de Lorena dieron la voz de alerta ya que no había ido a trabajar ni respondía a las llamadas. Amigos y familiares fueron a su domicilio de la calle Callao, donde encontraron el cuerpo de la mujer cosido a puñaladas. Junto a él había dos cuchillos y su teléfono móvil.
'La vio con otro hombre'
Sus allegados creen que ella no murió de forma instantánea, y que el asesino estuvo a su lado desde que la apuñaló hasta que murió. El domingo, José Manuel tenía que ir a trabajar a la sidrería, pero no se presentó. Estuvo todo el día sentado en el sofá de su casa esperando que llegara la policía.
Según las conclusiones de la Fiscalía, “llevaba tiempo queriendo averiguar si su pareja tenía una relación sentimental con otra persona”. El día de los hechos, a las 5 de la madrugada, fue a un bar donde ella solía ir “y la vio junto a otro hombre”. “Les siguió hasta el domicilio de Lorena, donde accedió al portal sin que se percataran”, añade.
Armado con un cuchillo “se escondió en las escaleras del rellano del piso de la mujer y cuando ambos llegaron, les empujó”. Según la versión de la Fiscalía, Lorena cayó al suelo y su acompañante huyó. Luego sacó el cuchillo, la mató y la abandonó.