"Nos están metiendo un chip en el cuerpo" o "vamos a mutar" son algunas de las preocupaciones que se plantearon los ciudadanos españoles. El coronavirus acecha, y es más importante que nunca vacunarse.
Es por este motivo que las dosis de refuerzo llevan administrándose durante las últimas semanas. Los mayores de 65 años y los pacientes de riesgo han sido los primeros en recibir la vacuna.
¿Y si me pasa algo?
Durante todo el proceso de vacunación, la población ha llegado a plantearse en más de una ocasión cuál será su reacción al recibir alguna dosis. Esta preocupación se fue extendiendo una vez la mayoría ya había recibido la pauta completa para hacer frente al coronavirus.
Una serie de síntomas comunes han acechado el sistema inmunológico de mucha gente, manifestándose en forma de fiebre, dolor de cabeza o fatiga. Por otro lado, una serie de pacientes de una mayor sensibilidad a las inoculaciones, ha podido sufrir peores consecuencias. De entre ellas, destacan los escalofríos, la diarrea o los vómitos.
Cabe destacar que esta tercera dosis de la vacuna está dejando efectos secundarios de menor relevancia a los grupos de riesgo que ya la han recibido. Como en todos los casos, hay excepciones, pero son muy pocos los que han sufrido secuelas.
Diferente dosis, mismo efecto
Tanto el estudio de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades como el de la AARP de Estados Unidos opinan igual. Esta tercera vacuna, que sirve como refuerzo, presenta unas reacciones francamente similares a las de las otras dos dosis.
Predomina la fiebre, el dolor de cabeza, la fatiga y el dolor en la zona de la inyección, con incidencia entre leve y moderada. Hay que esperar a que otros grupos de edad la reciban, ya que de momento solo han servido como ejemplo los mayores de 65 años y los pacientes de riesgo.
La FDA (Food & Drug Administration), ha llegado a la misma conclusión después de sus propios ensayos. Según los datos mostrados, el 83% de aquellos que recibieron la tercera dosis de Pfizer sufrieron dolor en el brazo de la inyección. Por otro lado, un 63% sintió fatiga, y un 48,4% dolor de cabeza.
Raramente se registraron dolores musculares y articulares, escalofríos, diarrea, vómitos y fiebre.
¿Es culpa mía o de la vacuna?
La doctora Melanie Swift ha explicado que la mayoría de efectos secundarios no son el resultado directo de la vacuna. De este modo, cuanto más robusta sea la respuesta inmunitaria, más se notan estos efectos.
El estudio de la FDA, también se compone de dosis de refuerzo de Moderna. Se ha podido calcular que el 76% de los vacunados tuvieron dolor en la zona de la inyección, el 47,4% tuvo fatiga y el 42,1% dolor de cabeza. Además, el 39,% de los vacunados también padeció dolor en las articulaciones.
Quizás es cuestión de tiempo
Los efectos secundarios más leves que se han sufrido a través de las vacunas de Pfizer y Moderna podrían ser por un tema de tiempo.
Según la FDA, el intervalo temporal mínimo entre la segunda y la tercera vacuna contra el coronavirus debería ser de seis meses. Eso podría explicar la abundancia de síntomas leves sufridos por la población a la que ya se le ha administrado esta dosis de refuerzo.