El 6 de agosto de 2017, la vida de la pequeña Lucía se apagó para siempre tras meses de sufrimiento. A sus 8 años, la leonesa había luchado con gran fortaleza contra un tumor cerebral muy agresivo. Lo hizo junto a sus padres, Luis y Nieves, que dieron visibilidad a su caso con una campaña de recaudación.
Lucía padecía una enfermedad rara llamada tumor cerebral de tronco difuso (DIPG). Sus padres crearon la plataforma ‘Todos somos Lucía’ para recaudar fondos. Su intención era dar a conocer el caso y conseguir dinero para el tratamiento y la investigación.
Pero un mes después de la muerte de la niña empezó su verdadera pesadilla. Una mujer a la que pidieron que dejara de etiquetarles en sus publicaciones inició un acoso con crueles mensajes. Ahora empieza el juicio, en el que la acusan de un delito de coacciones.
Acoso y amenazas a la familia
La acusada es Alejandra Aly, una usuaria de Facebook que seguía muy de cerca las actividades de la plataforma. Según el fiscal del caso, un mes después de la muerte de Lucía, el 8 de septiembre, los padres le pidieron que dejara de etiquetarles. Fue entonces cuando empezaron las amenazas.
“A freír espárragos, tía, si tu hija se ha muerto te jodes, así de claro te lo digo”, publicó en el mes de octubre. “Te faltan tres días para que lleves dos meses sin tu hija, y todos los que te faltan”, añadió. Fue el primero de muchos comentarios crueles por parte de esa persona.
La fiscalía intenta demostrar que la acusada llevó a cabo una campaña de acoso desde varios perfiles falsos. Desde ellos emitía publicaciones y comentarios dañinos para la familia. También intentó sabotear la recogida de firmas para la investigación de enfermedades raras como la de Lucía.
Los crueles comentarios
En los días siguientes, no solo no paró de enviar mensajes sino que aumentó la crueldad de los mismos. En ellos se pueden leer barbaridades como “te has llevado tu merecido” o “ahora sí puedes decir que te estoy acosando, mentirosa”. Los padres la bloquearon en Facebook, pero creó otro perfil y siguió insultando.
Ante la llegada de las fiestas navideñas, la acusada se ensañó: “Para estas Navidades que también serán sin tu hija, te deseo lo peor ya que te lo mereces, no tienes vergüenza, no sabes cómo sacar dinero”. Incluso deseaba la muerte de su otro hijo: “Ojalá se muera”.
Algunos de los mensajes iban acompañados de fotos de la pequeña Lucía ingresada en el hospital. Intentaba dejar a la madre de la niña como una aprovechada, con comentarios como “me da asco ver como se aprovecha de la muerte de su hija para llamar la atención”.
Empieza el juicio
Luis y Nieves emprendieron acciones legales contra la acosadora, que fue acusada de un delito de coacciones. El próximo 2 de noviembre arranca el juicio, en el que el fiscal pedirá siete meses de cárcel para ella. La mujer tiene antecedentes por otros asuntos que no han sido especificados.
Los padres de la pequeña Lucía quieren poner así punto final a la dolorosa historia de acoso que han sufrido. Quieren evitar que la mujer siga haciendo daño a otras personas, y además, limpiar el nombre y la dignidad de su hija. Mientras, siguen adelante con la lucha para visibilizar las enfermedades raras.
Luis y Nieves, los padres coraje de Lucía, han tenido que luchar contra otros contratiempos. Como un caso de estafa de los padres de Nadia Nerea, que hicieron creer que su hija tenía una enfermedad rara para ganar dinero. Esto ha complicado la recaudación de fondos, porque la gente desconfía.
Luis y Nieves, padres coraje
La vida de Luis Chamorro y Nieves Casado cambió para siempre cuando diagnosticaron a su hija Lucía un tumor cerebral de tronco difuso (DIPG). Se trata de un tumor incurable que provoca la muerte del 90% de los afectados en los 24 meses posteriores al diagnóstico. Es un tipo de cáncer infantil muy raro y agresivo.
Los niños que lo padecen sufren una pérdida progresiva de las capacidades físicas, hasta no poder moverse, hablar, ver o comer. Sin embargo, no afecta a las capacidades cognitivas, así que son conscientes de lo que les pasa en todo momento. Lucía ayudó a visibilizar esta terrible enfermedad gracias a su ejemplo.
La niña demostró una gran fortaleza durante las primeras sesiones de radioterapia en el Hospital Niño Jesús de Madrid. Luego recibió un tratamiento experimental en el Sant Joan de Déu de Barcelona. No logró sobrevivir, pero sus padres Luis y Nieves siguen su legado con su lucha diaria desde la plataforma.