La Policía investiga lo que va camino de ser el crimen perfecto, sucedido el pasado domingo en Puente de Vallecas (Madrid). Los agentes encontraron un hombre muerto en el suelo, maniatado y amordazado, pero la puerta estaba cerrada por dentro. Sin duda, un caso digno de las mejores novelas de misterio.
El domingo 28 de noviembre, sobre las cuatro de la tarde, el 112 recibió la llamada de una mujer mayor muy alterada. Hacía días que no sabía nada de su hijo Fredy, un colombiano de 51 años con nacionalidad española. Al personarse en su domicilio y entrar dentro con la ayuda de un cerrajero, encontraron al hombre muerto.
El mal olor que se notaba desde fuera hacía temer lo peor, y al entrar dentro descubrieron el cuerpo del hombre sin vida. Pero lo más extraño era la escena del crimen, con el cadáver maniatado y la puerta cerrada y la cadena echada por dentro. La Policía abrió una investigación para esclarecer este extraño crimen.
En pijama y maniatado
Fredy llevaba días muerto, aunque los médicos no apreciaron señales visibles de muerte violenta. Estaba en pijama, maniatado, con la boca tapada con cinta aislante y la cara morada por la falta de oxígeno en los pulmones. El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal para practicarle la autopsia.
Los resultados preliminares indican que se trata de un homicidio, ya que presentaba varios traumatismos internos. Esto revela que le propinaron algunos golpes antes de morir. Pero en el piso, ubicado en el número 15 de la calle Sierra Toledana, no hay restos de sangre ni señales de lucha o forcejeo.
El caso quedó en manos del Grupo de Delitos Violentos (Devi) de la Policía Científica. Los agentes especializados han recogido muestras genéticas y huellas, y las han enviado a analizar. Estas evidencias podrían ayudar a resolver la misteriosa muerte de Puente de Vallecas, y dar con los responsables.
Puertas y ventanas cerradas
Lo extraño del caso es que además de la puerta de entrada, las ventanas también estaban cerradas y se trata de un quinto paso. Los investigadores se preguntan cómo pudieron haber salido los asesinos de la escena del crimen. Después de analizar el lugar, han elaborado una hipótesis principal.
Lo más probable es que el autor o los autores huyeran después de darle la paliza mortal, y que fuera la propia víctima quien cerrara la puerta de casa. Habría echado la cadena para impedir que volvieran, y falleció antes de poder pedir ayuda. El cadáver se encontraba justo en la entrada del domicilio, lo cual confirmaría esta teoría.
El fallecido tenía antecedentes penales y los agentes de Homicidios barajan la posibilidad de un ajuste de cuentas o un crimen por celos. En este punto, todas las hipótesis siguen abiertas y la investigación sigue su curso bajo el secreto de las actuaciones. El crimen ha generado una gran intranquilidad en el vecindario.
Tres gritos de socorro
Hay otro detalle que ha sido relevante para los investigadores, y proviene de los testimonios de los propios vecinos. El sábado por la mañana, horas antes de que apareciera el cadáver, varios vecinos escucharon a alguien pedir ayuda. “Fueron tres gritos de socorro, los oímos de una forma muy bruta”, relatan para la agencia EFE.
“Nos asomamos por la ventana y había una mudanza, pero después de los gritos se hizo el silencio”, añaden. Un vecino que lleva ocho años viviendo allí se muestra muy sorprendido, ya que “es un lugar muy tranquilo”. Asegura que los vecinos se conocen mucho, pero que esta familia en particular “eran nuevos”.
“Estamos en shock”, declara al conocer el trágico desenlace de este suceso. Aún es pronto para sacar conclusiones sobre el caso, pero los agentes tienen claro que la víctima conocía a los asesinos. Esperan dar con ellos pronto para devolver la tranquilidad al barrio.