Los nuevos detalles sobre el crimen de Erika, de 14 años, a manos de su vecino Igor, de 32, ponen los pelos de punta. El asesino es un depredador que ya había sido denunciado por otras adolescentes y que se había obsesionado con su vecina. Tanto es así que tenía todos sus movimientos controlados.
Igor es moldavo, tiene 32 años y se mudó hace tres semanas al bloque de pisos donde vivía la familia de Erika. Apenas llegar se encaprichó de la muchacha y empezó a estudiar todos sus movimientos. Sabía las horas que salía, las horas que llegaba, la ruta que hacía y todas sus costumbres.
Por ejemplo, sabía que siempre llamaba al telefonillo para que le abrieran la puerta y subía andando por las escaleras. La principal hipótesis es que el martes esperó a que volviera del instituto, y una vez dentro del portal la atacó. Probablemente trató de cometer una agresión sexual de la que ella se defendió.
Hubo ensañamiento
Estas son las primeras conjeturas de una investigación que aún está en una fase inicial. De hecho, Igor se encuentra ahora mismo en la UCI del hospital y aún no han podido tomarle declaración. Hasta ayer por la tarde estuvo sedado e intubado, aunque ya salió de eso y pudieron leerle sus derechos.
La autopsia de la víctima ha revelado que presentaba múltiples heridas de arma blanca, lo cual confirma que hubo un ensañamiento. Inicialmente se especuló con que la niña y el joven pudieran tener algún tipo de relación. El entorno lo ha desmentido, afirmando que no se conocían de nada.
Además, sus perfiles no coinciden en nada y la policía se decanta por descartar que se conocieran. Erika era una chica estudiosa, educada y responsable, y aseguran que nunca iría con alguien como Igor. Él, en cambio, es un depredador que se dedicaba a molestar a las menores de edad.
Un perturbado mental
Los investigadores se inclinan por la teoría de que el agresor es un perturbado mental que actuó de forma premeditada. Hace poco más de un año acosó a tres adolescentes en un parque de Oviedo. Las asedió con tanta violencia que las chicas le denunciaron, aunque no fue detenido.
Estos hechos se produjeron lejos del barrio de Vallobín, donde el pasado martes Igor mató a su vecina de 14 años. De hecho, el agresor se acababa de mudar a este barrio ovetense y nadie lo conocía. Los vecinos aseguran que siempre iba solo, no hablaba con nadie y no llamaba demasiado la atención.
Los investigadores creen que el ataque se produjo de forma sorpresiva y con una gran virulencia. El detenido presenta heridas provocadas por la agredida, que demuestran que la víctima trató de defenderse hasta el final. Todo fue en vano, y las puñaladas acabaron con ella de forma más o menos rápida.
Investigación muy avanzada
La delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, ha asegurado que “hay pruebas más que suficientes para que el asesino pague”. La policía le imputa un delito de asesinato y el juez ha decretado el secreto de sumario. “La investigación está yendo muy rápido porque hay un empeño especial en este crimen”, desveló Losa.
Según la delegada, “más pronto que tarde vamos a tener el resultado final que permita que este vil asesino pague por lo que ha hecho”. Las autoridades estuvieron ayer arropando a la familia en el velatorio. “Es un día negro para Asturias”, dijo el presidente de la comunidad, Adrián Barbón, que también deseó una próxima conclusión del caso.
El asesinato de Erika ha conmocionado a la comunidad educativa del IES La Ería, donde estudiaba. También a la congregación María Inmaculada, donde trabaja su madre Alba y a la cual la familia Yunga Alvarado están muy unidos. La familia, de origen ecuatoriano, llegó a Oviedo hace más de dos décadas.
Cronología del crimen de Erika
La investigación ha conseguido en pocas horas reconstruir los hechos ocurridos el martes por la tarde en el número 69 de la calle Vázquez de Mella. Todo se desencadenó muy rápido, en cuestión de minutos. Esta es la cronología del crimen de Erika a manos de su vecino Igor.
- Erika Yunga Alvarado salió del IES La Ería a las 14:15 horas en compañía de cuatro amigas. Entre el instituto y su casa hay unos siete u ocho minutos a pie, aunque las chicas se detienen en un parque cercano. Después llegan al portal donde vive Erika, y la chica se despide de sus amigas.
- La adolescente llama al interfono del cuarto piso donde vive con su familia, y donde en aquellos momentos se encuentra el padre y los dos hermanos. La madre está en el trabajo, en una residencia de estudiantes. El hermano le abre la puerta, y esperan a que la chica suba las escaleras para comer juntos.
- Tras subir los primeros escalones del rellano se encuentra con el agresor, Igor, vecino del primer piso. Se trata de un joven de 32 años, 1,80 metros de altura y complexión delgada. El agresor le propina varias puñaladas mientras la víctima trata de defenderse en una lucha violenta y fugaz.
- En cuestión de segundos el hombre acaba con la vida de la víctima y arrastra el cadáver hasta su vivienda del 1º E. El cuerpo de Erika pierde mucha sangre, motivo por el cual deja un reguero mientras es arrastrado hacia el interior. Allí el asesino se atrinchera con la víctima en un espacio de 53 metros cuadrados.
- El padre, extrañado porque Erika no sube, pide al hermano que baje al portal a buscarla. El joven encuentra la cazadora verde de su hermana en el suelo y un reguero de sangre que conduce al 1º E. Los familiares de la chica llaman a emergencias, y la Policía Nacional llega a las 15:27 horas.
- Los agentes intentan acceder por la puerta principal pero no lo consiguen, así que se cuelan por una ventana trasera en el patio de luces. Al acceder se encuentran a la niña muerta y al agresor con heridas en el cuello, la cabeza y el tórax. Le leen sus derechos, pero no puede declarar porque se encuentra en estado crítico.
- A las 16:15 horas el moldavo es trasladado al hospital donde es intervenido quirúrgicamente e ingresado en la UCI. A las 17:53 horas la comitiva judicial ordena el levantamiento del cadáver, que es trasladado al anatómico forense. La madre de Erika, en el trabajo, recibe la llamada que nunca habría querido recibir.