Aún no se sabe su nombre, pero todos le conocen ya como “el pistolero de Garrido”. Este hombre de 32 años disparó a bocajarro a una pareja el pasado sábado en el barrio de Garrido, en Salamanca. Chema, de 51 años, perdió la vida, y Belén, de 53, se encuentra hospitalizada en estado crítico.
Los hechos sucedieron tras un altercado en el bar El Ciclón, donde Belén celebraba su cumpleaños. Todo se originó cuando el detenido quiso ligar con ella y le dio calabazas. Fingió tener una relación con su amigo Chema, con el que un rato más tarde abandonó el local para irse a casa.
El agresor montó un escándalo tirando mesas y sillas, y acabó siendo expulsado del bar. Esperó fuera pacientemente a que Chema y Belén salieran, les persiguió y descargó su pistola sobre ellos. Las víctimas recibieron varios tiros y fueron rematados en el suelo.
El homicida huyó y minutos después la calle se llenó de policías y ambulancias. La caza al asesino dio resultado y acabó siendo detenido en su propio domicilio. Ahora se encuentra en prisión provisional por haber matado a una persona y haber herido de gravedad a otra.
Todos los detalles sobre el crimen de Garrido
José María era un sanitario de 51 años que trabajaba en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila. Todos le recuerdan como una persona muy alegre que llenaba a los demás con su sonrisa. Estaba divorciado y tenía dos hijas,
Belén tenía 53 años, estaba separada y también tenía una hija. Esto le había unido mucho con Chema, con quien mantenía una amistad muy especial. Aunque al principio se especuló que eran pareja, la verdad es que simplemente eran amigos.
El tercer protagonista es “el pistolero de Garrido”, de quien no ha trascendido el nombre. Es un vigilante de seguridad al que pocos vecinos conocían. Corpulento y asiduo a los bares, quienes le trataron le definen como un tipo raro que no cosechaba amistades.
Según fuentes de la investigación, Belén estaba en el bar El Ciclón celebrando su 53 aniversario junto a Chema y otra amiga. El agresor irrumpió en el local con la intención de conversar con ellos, y les invitó a una copa. Quiso ligar con Belén, pero esta le rechazó e hizo ver que tenía una relación con Chema.
‘Les voy a pegar un tiro’
El joven fue expulsado por su actitud violenta y este tiró varias sillas al suelo. Antes de salir profirió una amenaza al dueño: “Tú te salvas porque eres el dueño, pero a estos dos les pegaré un tiro”. En esos momentos llevaba el arma encima, y poco después cumplió su macabra profecía.
Cuando Chema y Belén salieron del bar, el homicida les estaba esperando y les persiguió por la calle. Así ha quedado registrado en las cámaras de seguridad de la zona. La pareja a su amiga en casa y siguieron su camino, pero nunca llegaron a su destino.
El vigilante de seguridad les disparó varios tiros por la espalda y les remató estando ya en el suelo. Luego intentó deshacerse de la ropa y el arma en un vertedero, pero la policía acabó encontrándolas. Fue detenido y llevado ante el juez, que decretó la prisión provisional.
Se enfrenta a una acusación por asesinato, que acarrea una pena de hasta 25 años de cárcel. Además, se añadiría el castigo por dejar a otra persona malherida. Se entiende que el investigado actuó solo y que lo hizo con premeditación.
Una investigación en marcha
El juzgado de instrucción número 2 de Salamanca ha ordenado la prisión provisional, comunicada y sin fianza para el detenido. Es el principal sospechoso del tiroteo mortal que tuvo lugar el sábado en la calle Juan de la Cierva, junto al Parque de Garrido.
El tiroteo se efectuó pasadas las 2 de la madrugada. Los disparos despertaron a los vecinos y estos vieron a dos personas en el suelo. Llamaron a la policía, que puso en marcha una investigación. El hombre murió, y la mujer fue trasladada con heridas graves al Complejo Asistencial de Salamanca.
Allí la operaron de urgencia para extraer una bala de su cabeza, y además, tenía heridas en la mandíbula y las manos. En las últimas horas ha sido sometida a una segunda operación. Se encuentra estable dentro de la gravedad, según han informado los médicos.
El homicida fue detenido en su casa, donde guardaba un auténtico arsenal de armas con cuchillos, machetes y dagas. La investigación tendrá que esclarecer si el asesino y las víctimas se conocían anteriormente, aunque parece que no. De momento, todas las pruebas le apuntan a él, al “pistolero de Garrido”.