Crece la rabia en Alcalá la Real (Jaén) a medida que se van conociendo más detalles sobre el crimen de Khawla Elhaiba Zeroil. Esta adolescente de 14 años apareció muerta, desnuda y con signos de violencia en las ruinas de una iglesia. Fue el propio asesino, un chico de 22 años, quien destapó lo ocurrido la noche del martes.
Sin embargo, tras su detención este joven de origen dominicano estaba en estado de shock y no soltaba prenda sobre lo ocurrido. Había varias incógnitas, y la confusión se apoderaba de los investigadores y de los medios de comunicación. Con el paso de las horas se han ido conociendo más detalles de este macabro asesinato.
Por ejemplo, que el detenido tiene antecedentes por agresión sexual y que conocía a la víctima pero no mantenían ninguna relación sentimental. También que la adolescente mantuvo relaciones sexuales aparentemente consentidas antes de morir. En su entorno lo tienen claro: alguien le tendió una trampa.
Crimen de Jaula: qué se sabe
Khawla Elhaiba Zeroil era una adolescente de 14 años de origen marroquí, estudiosa y que se hacía querer. Su asesino tiene 22 años, es un chico introvertido y reservado, y apenas tiene vida social. Él mismo llamó al 112 alertando de que había matado a una chica joven a las afueras del municipio.
El martes a las cinco de la tarde, Khawla dijo que se iba a estudiar a casa de su amiga Marina porque no tenía ordenador. Su ausencia se alargó más de la cuenta y su madre, preocupada, denunció su desaparición la misma noche. Entregó a la policía la misma foto con la que horas después identificarían el cadáver.
El cuerpo sin vida de la joven estaba desnudo en una zona de difícil acceso, y el informe preliminar de la autopsia señala la asfixia como causa de la muerte. Una de las dudas de la policía es si el crimen se produjo allí o el cuerpo fue trasladado. Intentan reconstruir las últimas horas de la chica con vida.
Relaciones sexuales consentidas
El detenido jugaba a hockey en el equipo local y cometió una agresión sexual cuando solo tenía 15 años. Ella era una chica de complexión pequeña, él medía 1,80 y tenía fuerza suficiente como para cargar con el cuerpo. Pero también contemplan la posibilidad de que ella acompañara al joven de forma voluntaria.
Para acceder al recinto, en una zona boscosa aislada en la periferia de la ciudad, hay que saltar una valla. No es extraño que los jóvenes se cuelen para hacer botellón dentro, y no hay viviendas alrededor así que nadie vio nada. Además, agresor y víctima se conocían aunque no tenían ningún vínculo sentimental.
Según las amigas de Khawla (a la que llaman cariñosamente Jaula), la chica fue a casa de un amigo con más chicos y chicas. No se sabe que ocurrió entre ese hecho y el hallazgo del cadáver, pero al parecer mantuvo relaciones sexuales. No hay signos de defensa ni heridas externas en su cuerpo, por lo que al parecer fueron consentidas.
Qué le pasó a Jaula
Qué le pasó a Jaula sigue siendo la gran incógnita por resolver en este macabro crimen que ha sacudido a toda España. Los investigadores no han dado más información por ahora y siguen lidiando con el silencio del asesino. El entorno de la chica creen que el joven le tendió una trampa para abusar de ella.
Probablemente la jueza decretará el secreto de sumario, y es por eso que la policía apenas quiere ofrecer información sobre lo ocurrido. Tampoco cuentan con todos los detalles, ya que el agresor se ha mostrado desde el principio reacio a colaborar. Todas las hipótesis están abiertas, y la investigación sigue en marcha.
Contemplan la posibilidad de que víctima y agresor se encontraran en la casa del amigo de Khawla y salieran juntos hacia la iglesia abandonada. Pero también puede ser que el chico le tendiera una trampa y la obligara a ir allí a la fuerza. Otra posibilidad es que la matara en otro lugar y trasladara el cuerpo hacia allí.
Una agresión sexual en 2014
El asesino es hijo de la familia Núñez, conocida en el pueblo por su conflictividad, y tanto él como su hermano tienen antecedentes. Desde el primer momento se negó a colaborar con la policía, y sigue detenido a la espera de declarar ante el juez. Fuentes de la investigación han confirmado que no tenía antecedentes por violencia de género.
En cambio, sí cometió una agresión sexual en 2014, cuando tenía 15 años. Fue a las seis de la tarde, a plena luz del día, cuando asaltó a una joven de 20 años que caminaba sola por una zona apartada del pueblo. El agresor la abordó con la excusa de preguntarle la hora, y se abalanzó encima de ella.
Realizó algunos tocamientos aunque no pudo consumar la violación y fue arrestado minutos después en un olivar. El juez decretó una orden de alejamiento para el agresor, que entonces era menor de edad. El hecho adquiere relevancia ahora, ocho años después, con el crimen que tiene a todos los vecinos indignados.
Dolor e indignación en Alcalá la Real
En Alcalá la Real han decretado tres días de luto oficial y las banderas ondean a media asta en recuerdo de Jaula. El dolor invade la familia de la joven, en especial su madre, que está separada y fue víctima de violencia de género. “Mi niña, toda mi vida trabajando para que estudiara y ahora esto”, decía rota de dolor.
El dolor invade también el instituto de secundaria Alfonso XI, donde Jaula estudiaba tercero de la ESO. Sus compañeros y profesores están devastados y recuerdan a la víctima como una estudiante diez, que nunca sacaba menos de un ocho de nota. Dicen que además de ser buena estudiante, apenas salía de casa.
Vecinos, familiares y amigos de la víctima recorrieron ayer las calles del municipio pidiendo justicia por Jaula. La madre de la adolescente tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad, y estuvo respaldada por el resto de los concentrados. La indignación se apodera de Alcalá la Real, y aumenta la presión sobre la investigación.