Imagen de una terraza con clientes en Suecia durante el coronavirus

Vamos a asumirlo: La gran costumbre española en la mesa que puede no volver

El sector de la restauración augura el cierre de uno de cada dos bares y uno de cada tres restaurantes

Imagen de una terraza con clientes
El sector de la restauración tendrá que cambiar sus costumbres | EFE

Hace días que escuchamos hablar de la vuelta a la normalidad, pero para algunas cosas está claro que esta «normalidad» será como mucho una quimera. Lo más difícil, eso ya lo sabemos, será retomar las relaciones sociales, que se verán afectadas por las  medidas de prevención y el distanciamiento social, y uno de los hábitos más afectados serán las comidas.

Algo tan español como reunirse entre amigos en torno a una mesa  y compartir unas tapas  en un bar o un restaurante  ya no será posible, no al menos durante un tiempo y de la forma como lo hacíamos hasta ahora. 

Sin ir más lejos, en el plan que la Junta de Andalucía  ha propuesto al ministerio de Sanidad se encuentra la prohibición de compartir plato como una de las medidas para reactivar el turismo adaptando las costumbres y la hostelería a los nuevos estándares sanitarios. Otro cortarrollos para las costumbres mediterráneas es la fijación de un  tiempo máximo en los locales, así que se acabó aquello de tirarse la mañana el bar tapeando. 

Las medidas que propone el gobierno andaluz y que pueden extenderse a todo el territorio nacional incluyen la prohibición de aceptar reservas de más de cuatro personas, y la obligación de dejar más espacio entre mesa y mesa. Ante estas y otras medidas muchos propietarios de bares y restaurantes ya se están planteando cerrar el negocio.

El sector hotelero prevé un verdadero cataclismo en uno de los ámbitos con más peso en el PIB español, y aunque aún es pronto para adelantar datos se prevé el cierre de uno de cada dos bares y uno de cada tres restaurantes. Y es que mucho serán incapaces de soportar el cese de actividad de estas semanas, y los que sobrevivan no podrán hacer las inversiones necesarias para adaptar los locales a las nuevas medidas impuestas por Sanidad.

Los más previsores se están lanzando a comprar materiales de protección como mamparas aunque aún no se ha detallado la normativa que regirá el sector de la hostelería en los próximos meses, y otros optan por reforzar su página web en previsión de lo que muchos expertos auguran: que la clave de los negocios después del Coronavirus será el auge del comercio on-line. ¿Comida para llevar?

En el caso de la hostelería se agudiza la contradicción que de hecho golpea de una u otra forma a todos los sectores económicos: ¿Cómo conseguir ofrecer un producto atractivo sin poner en riesgo la seguridad de la que depende que bares y restaurantes puedan seguir abriendo la persiana? Un bar con menos gente, con raciones individuales y platos desechables es menos apetecible, pero una segunda oleada sería definitiva para hundir a todo el sector.

«En esta fase no podremos ir a comer paella al restaurante, pero sí encargar una paella para recogerla y comerla en familia». La frase la dijo el  presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pensando en la Fase 0 o de preparación del plan de desescalada, pero los expertos creen que este nuevo hábito puede consolidarse durante un buen tiempo y acabar borrando aquella costumbre tan española de  ir de tapas