Seis meses para prepararnos. Ese es el plazo que tenemos. La segunda ola de coronavirus podría ser inevitable y hay que estar listos para cuando llegue.
Estamos muy cerca de contener el actual brote de covid 19. La gran pregunta ahora no es cuándo llegará la siguiente avalancha de contagios, sino si cuando lo haga será igual de mortífera que esta o si será todavía peor. Y esta vez no podremos excusarnos en que no sabíamos la que se nos venía encima.
La OMS ve un futuro muy preocupante
El director para Europa de la Organización Mundial de la Salud Hans Kluge avisa a los ciudadanos: «Estoy muy preocupado por una doble ola. En otoño, podríamos tener una segunda ola de covid y otra de gripe estacional o sarampión.»
Kluge llama a una población todavía insuficientemente inmunizada a prepararse para una segunda pandemia aún más letal después del verano.
No se refiere a repuntes esporádicos de la enfermedad como los que podemos observar estos días en lugares que han relajado las medidas de confinamiento. Se refiere a un diluvio de contagios y muertes similar o incluso peor a este que todavía no hemos superado.
Tres posibles escenarios después del verano
Es complicado predecir qué pasará con la pandemia. Los científicos estudian la evolución de otros coronavirus para hacer comparaciones. El más parecido es el SARS que llegó a 30 países, infectó a 8.439 personas y mató de 812 pacientes.
El covid 19 lleva 5.453.784 contagios, 345.886 fallecidos en todo el mundo y no parece que vaya a contenerse a corto plazo.
El primer escenario posible serie una serie de subidas y bajadas de los contagios de una magnitud similar a lo que ya hemos pasado que se repetirían en primavera y otoño de 2020 y 2021.
El segundo es el más catastrófico. Un patrón idéntico al de la pandemia de gripe española de 1918. Un primer aviso, el actual, seguido seis meses después por un brote devastador muchísimo mayor que además no significaría el final de la enfermedad.
El último y más improbable es que tras esta primera ola de contagios el covid 19 vaya desapareciendo poco a poco hasta quedar controlado de una forma natural.
Lo que si parece claro es que, si no se encuentra una vacuna efectiva el virus seguirá acechándonos un mínimo de dieciocho meses o dos años.