Un nuevo estudio arroja algo de luz a la posibilidad de contener el coronavirus en nuestro país. Y nunca mejor dicho. La luminosidad solar podría jugar un rol muy importante en la lucha contra la Covid-19.
Un reciente estudio estadístico realizado en Barcelona ha encontrado una clara asociación entre la cantidad de radiación ultravioleta y un menor número de casos de Covid-19.
La investigación, publicada en la revista 'Clinical Infectious Diseases', concluye que la radiación ultravioleta es el principal factor meteorológico vinculado con la expansión de la epidemia.
Las condiciones climáticas de España
Este factor sería tan importante como la densidad de la población, aunque en este caso se trata de un factor que fomenta su expansión y no la reduce, como sucedería con los rayos solares.
«La cantidad de radiación solar diaria, es decir, que haya una radiación muy intensa o muy duradera, se asocia con la magnitud del número de casos totales que se acumulan en esa región», explica a este diario Xabier Urra, especialista en Neurología del Hospital Clínic.
Esta situación supone que en España, a diferencia de otros países, tendremos una mayor probabilidad de frenar la expansión del virus gracias a nuestra climatología.
«En verano, con días largos, en un país como España, yo creo que el factor de contagiosidad que pueda haber en el exterior será mínimo» añade Urra.
En verano el riesgo de contagio sería mínimo
De esta forma, los resultados sugieren que el peligro de contagio será menor en los próximos meses y en entornos exteriores, aunque esto no conlleva la desaparición del virus.
«Con una irradiación solar del tipo de la que tenemos en esta latitud ahora, en cuestión de minutos el virus se desactiva. Por tanto, es lógico pensar que eso ocurra en exteriores, dudo que proteja de la contagiosidad que pueda haber en interiores», advierte el investigador del estudio.
Por este motivo, hay que mantener la precaución con esta investigación, que tan solo es un estudio estadístico realizado para valorar cómo se comporta el virus en las diferentes regiones y en función de las condiciones climatológicas.
Los investigadores no descartan que pueda haber pequeños brotes durante el verano, puesto que solo hablan de una minimización del riesgo.
Además, advierten que el trabajo de cualquier modo se refiere a la luminosidad natural en exteriores, no a las lámparas de radiación ultravioleta, ni a la recepción de rayos solares.