La dura realidad en las pasadas fiestas de Navidad es que no hubo restricciones en los aeropuertos españoles para los residentes en Reino Unido que volvían por vacaciones junto a sus familias. Con presentar una PCR negativa ya podían coger un vuelo. Procedentes de tierras inglesas, llegaron al aeropuerto de Alicante-Elche cuatro españoles, con test negativos, pero lo cierto es que iban incubando la variante británica y la metieron en la Región de Murcia.
«Era una cosa que no pilló por sorpresa a nadie», confiesa en 'El Español' Alonso Sánchez, coordinador de los rastreadores de Murcia. «Reino Unido es un país con el que tenemos muchísimo contacto, sabíamos que habría gente que volvería porque allí, al menos, hay 150.000 españoles y lógicamente regresarían a su país al ser fechas señaladas: en cuanto nos dijeron antes de Navidad que había una cepa británica y era más transmisible, teníamos asumido que tendríamos casos», apunta.
«Hay que recalcar que la PCR es negativa en el momento en el que te la haces»
Aunque España estaba en el punto de mira de la variante inglesa del Covid, el Gobierno no tomó medidas de tipo preventivo más allá de dar por válido los test negativos de los pasajeros que volvían a nuestro país. «Hay que recalcar que la PCR es negativa en el momento en el que te la haces», afirma Sánchez. La realidad es que uno de esos cuatro pasajeros españoles «empezó con síntomas en el avión». A partir de ahí, los casos se fueron sucediendo en España en la primera semana de enero: 16 en Andalucía, 6 en País Vasco, 5 en Valencia y 1 en Murcia.
«Si tú tienes un país con una incidencia altísima, como por ejemplo ha pasado con Reino Unido, la medida más eficaz, en ese momento, es cerrar las fronteras con ese país, independientemente de que la gente venga en avión, en barco o por carretera, el medio de transporte no es lo más importante, lo importante es que hay una zona con una alta incidencia y lo más prudente es cerrar fronteras», explica Alonso Sánchez porque en Reino Unido los casos de la variante británica ya se conocían en Navidad y no hubo reacción por parte del Ejecutivo español.
«Probablemente haya que tomar medidas más drásticas»
Los expertos británicos avisaron de que el 14 de diciembre su cepa era más transmisible que la original y se confinó el sureste del país. Mientras, el año 2020 finalizó en España registrando los primeros casos de la cepa inglesa.
«Si nosotros, con una incidencia tan alta como la que tenemos, no conseguimos en estas semanas disminuir el número de casos positivos, probablemente haya que tomar medidas más drásticas. Las que ahora mismo se están tomando, independientemente de temas particulares, yo creo que son correctas. El cierre de la hostelería me parece una medida correcta, pero yo creo que en el fondo, la siguiente medida que habrá que tomar será un confinamiento domiciliario», vaticina el coordinador.
«Tenemos unas cifras que no pueden dejarnos tranquilos en ningún caso»
«Esto es una decisión que debe adoptar el Gobierno de España dentro de una estrategia nacional. Cada caso puede colapsar el sistema sanitario, entonces, no podemos ver normal tener 1.400 casos porque el día anterior hemos tenido 1.000. Una cifra de 1.400 positivos diarios es horripilante, extrema y nos tiene que hacer preocuparnos muchísimo. Tenemos unas cifras que no pueden dejarnos tranquilos en ningún caso», prosigue.
Otro asunto que preocupa es el refuerzo del sistema sanitario que está en primera línea luchando contra el virus, aspecto que ve vital el coordinador de los rastreadores de la Región de Murcia: «En general, la salud pública siempre ha estado muy maltratada por la Administración, hay regiones que están mejor y otras peor, pero sigue siendo claramente insuficiente a nivel nacional la cifra de profesionales trabajando en la especialidad de medicina preventiva y salud pública», se lamenta.
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