La cara más positiva de la pandemia del coronavirus ha sido, y probablemente sea la única, la gran reducción de la contaminación y el respiro que fauna y flora de todo el planeta han tenido durante el confinamiento. Los datos corroboran esto a escala mundial, ya que la polución se redujo un 17% en el conjunto de la Tierra durante el confinamiento, con la previsión de que, pese al retorno de la actividad, este 2020 se cierre con una reducción general de la contaminación de entre el 4% y el 7% a nivel global.
En España en concreto, la rebaja de contaminación fue de un 32% durante el confinamiento, casi el doble que la media mundial. No obstante, es muy difícil que los datos positivos se mantengan tras la pandemia, ya que la actividad y la contaminación van volviendo poco a poco a las grandes ciudades. Un balance general que ha llevado a cabo un equipo internacional de científicos y que ha sido publicado en la revista ‘Nature Climate Change’.
El pico del confinamiento
Según los datos del estudio, el pico del confinamiento fue el 7 de abril y fue entonces cuando la reducción de las emisiones en el sector del transporte se situó en el 43%, mientras que la industria y la producción eléctrica también se redujeron un 43% de forma conjunta a nivel mundial. La caída del sector de la aviación también ha sido clave.
Asimismo, el consumo energético ha aumentado en edificios residenciales por el teletrabajo, pero en ningún caso estos datos han compensado la bajada de la polución, confirmando la mejora de la calidad del aire entre un 25% y un 32% en muchos países en el momento de máximo confinamiento. Con un descenso del 32%, España ha superado la bajada media de Europa (27%) y del conjunto del planeta (17%).
Un camino a seguir que no tendrá continuidad
Según los expertos, la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero debería ser de un 2,7% cada año para garantizar la lucha contra el cambio climático y que la subida media de la temperatura global se mantenga por debajo de los fatídicos 2ºC, según informa el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Un descenso que debería ser del 7,6% si, en el mejor de los escenarios, se quiere no rebasar los 1,5ºC.
En conclusión, sin medidas globales que contemplen la continuidad del descenso de la contaminación más allá de los confinamientos, la mejora de las últimas semanas serán un miraje y una parte muy pequeña que no será capaz de frenar el cambio climático. De este modo, los líderes políticos deberían tomar nota de la situación pasada e implementar nuevas políticas medioambientales antes de que sea demasiado tarde para nuestro planeta.