Si el arroz puede proporcionar los carbohidratos de base necesarios para una dieta saludable, el etiquetado de los paquetes y los productos precocinados que adquirimos en el supermercado también debería detallar la concentración de arsénico.
El arsénico es un producto tóxico que se infiltra de forma natural en los granos y que, según han alertado un estudio que han llevado a cabo varios expertos británicos, sobrepasa los niveles permitidos en la mitad de los casos analizados. Un consumo desmesurado podría ser el causante de un carcinoma a la larga.
El arsénico en el arroz
Tal y como ha indicado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el arsénico inorgánico es un compuesto que se puede encontrar en el medio ambiente «como consecuencia de procesos naturales como volcanes, incendios forestales o erosión de rocas y minerales».
Además, esta composición también se puede observar a causa de la actividad industrial como en la producción de combustibles fósiles o el uso de herbicidas y pesticidas. El arroz es un alimento propenso a absorber elementos debido a su cultivo en campos inundados lo que produce que la toxina se introduzca fácilmente en el comestible.
Según El Español, en un estudio que ha sido publicado en la revista Ecotoxicology and Environmental Safety, investigadores del Instituto para la Alimentación Sostenible de la Universidad de Sheffield encontraron que 28 de 55 muestras de productos de arroz analizados que se vendían en los supermercados británicos excedían los niveles de la toxina inorgánica establecidos por las regulaciones de la Comisión Europea, especialmente en lo que al consumo por parte de niños y bebes se refiere.
Al contrastar las diferentes concentraciones del arsénico en función de la variedad del arroz se pudo comprobar que el arroz integral, que en teoría tiene un buen perfil nutricional, posee más arsénico que el resto. El arroz blanco en contraposición con el integral es el que tiene menos cantidad de esa toxina. El arroz que presenta una mayor concentración del compuesto nocivo resulto ser el arroz de agricultura biológica por su forma de cultivo.
El consumo de arroz en los más pequeños
No obstante, la principal preocupación reside en los niños en desarrollo. Según la AESAN, los pequeños son entre dos y tres veces más vulnerables al arsénico debido a su menor masa corporal y los daños que podrían surgir en cualquier órgano del cuerpo, sobre todo, en los pulmones y en la piel podrían ser más graves.
Por otro lado, el arroz es un componente ampliamente usado en la alimentación infantil por su económico precio, las pocas alergias que suele producir y la multifuncionalidad que le ofrece a los platos y purés de los niños. Respecto a los bebes, los investigadores han concluido que los recién nacidos que tengan menos de doce meses de edad deberían restringir el consumo diario de arroz a un máximo de 20 gramos.
«Los productos a base de arroz se consideran frecuentemente como una opción saludable para los bebés y los niños pequeños, pero nuestro trabajo sugiere que, en la mitad de los casos estudiados, a los menores no se les debería alimentar con más de 20 gramos diarios para evitar los riesgos asociados al arsénico», ha declarado Menon. «Los gobiernos y la Comisión Europea deberían introducir un etiquetado específico para que las familias puedan escoger su compra de forma informada»
Como reducir la toxina
Reducir la concentración de arsénico en el arroz que se va a preparar es posible. Según Marián García, farmacéutica, dietista y nutricionista se pueden observar tres claves:
La primera sería dejar el arroz a remojo la noche anterior durante al menos ocho horas, la segunda lavar el arroz hasta que el agua saliera clara y, por último, cocerlo con abundante agua (más de las dos tradicionales por cada parte de arroz). De esta forma se podría consumir el arroz lo más limpio y saludable posible, principalmente para los más pequeños de la casa.