La noticia de que el Gobierno quiere limitar el uso del dinero en efectivo con la intención de eliminarlo en un futuro, ha causado preocupación en la ciudadanía. El equipo de Sánchez sigue dando pasos en su pretensión de eliminar progresivamente los billetes y las monedas, algo que podrán hacer a partir de ahora aunque de una forma más progresiva.
El PSOE renunció oficialmente a promover la eliminación progresiva de billetes y monedas, pero mantiene su intención de ir apartando poco a poco el dinero en efectivo para que el ámbito digital se acabe imponiendo al líquido.
El Congreso ha dado luz verde ahora al plan del Gobierno que, respaldado por la Comisión de Hacienda, propone ir reduciendo el máximo permitido para pagar cualquier bien o servicio en efectivo. Esto refuerza al principal partido del Ejecutivo para continuar con su agenda en un asunto polémico y que genera controversia a nivel social.
Los socialistas ya tuvieron que suavizar mucho su primera propuesta sobre el efectivo tras la gran polvareda que levantó. En su primera propuesta incluida en una proposición no de ley, ponían sobre la mesa la eliminación gradual de los billetes y monedas físicas hasta su desaparición definitiva.
Entonces justificaron la decisión como una intención de atacar de lleno a la economía sumergida y evitar el fraude fiscal, ya que quienes operan con dinero opaco no podrían usar trámites bancarios o electrónicos sin dejar rastro. Esto facilitaría, a su entender, una mejor ordenación del sistema tributario tras la pandemia del coronavirus.
Sin embargo la propuesta fue rechazada por el Congreso y el Gobierno tuvo que recular. Ahora, su nuevo plan pasa por ir limitando todo lo posible los pagos con billetes y monedas, es decir, que el máximo permitido se vaya recortando hasta llegar a una cifra que sea tan baja que impida realizar cambios de cantidades que puedan escapar al radar del ministerio de Hacienda.
En concreto, se apuesta por la reducción de los límites de pago en efectivo con un objetivo a largo plazo, de forma gradual, consensuada y coordinada en el ámbito de la Unión Europea. Este texto sí recibió finalmente el apoyo de la mayoría de la comisión parlamentaria competente en el Congreso.
El BCE lo desaconseja
A pesar de haber reculado, los socialistas han demostrado que en el tema del dinero líquido quieren ir mucho más allá que el propio departamento de Hacienda. Este ya propuso restringir mucho más los pagos en efectivo a empresarios y profesionales, con la idea de reducir el tope de 2.500 euros a tan solo 1.000 euros.
Esto afectaría solamente a esas operaciones que implican un servicio que pueda realizar un profesional como un fontanero, además de los intercambios entre los propios autónomos y los responsables de una compañía. Esto dejaría fuera las compras de particulares en tiendas o centros comerciales, para los que se mantendría el techo de 2.500 euros.
Hacienda confirma que el Gobierno tiene previsto reactivar esa legislación para que sea una realidad a corto plazo, ya que la misma decayó con la disolución de las Cortes con el adelanto electoral de 2019. Se volverá a incluir ese máximo de 1.000 euros, a pesar de que el Banco Central Europeo ya mostró sus reservas a aprobar una medida de ese tipo.
Desde los socialistas, fuentes del grupo parlamentario señalan que aún no tienen definida una propuesta de cantidad máxima para ir avanzando en esos límites que quieren instaurar. Con la vía libre que ha dado el Congreso, se abre un plan suave para eliminar el dinero en efectivo.