El Coronavirus está dando lugar a todo tipo de situaciones. Junto al dolor por el medio millón de muertos en todo el mundo en lo que va de pandemia, aparecen noticias sorprendentes que desafían toda lógica. La última nos llega desde China, y tiene como origen un cóctel explosivo causado por la confusión, el coronavirus y la distancia social.
En China, un hombre ha regresado a casa dos meses después de que su familia lo enterrara, lo incinerara y se gastara cerca de 20.000 euros en su funeral. La historia empezó en el mes de marzo, cuando la epidemia ya llevaba semanas golpeando duro al continente asiático.
El protagonista de la historia es Jiao, un hombre de 43 años con problemas mentales que desapareció de su casa en marzo. La familia denunció los hechos y a principios de abril la policía se puso en contacto con ellos para indicarles que lo habían encontrado en un hospital a casi 1.300 kilómetros de casa.
Según el Wenzhou Evening Newspaper, la familia se trasladó al hospital pero no pudieron verlo de cerca por el distanciamiento social de precaución. Se tuvieron que conformar con verlo de lejos. Llevaba una máscara de oxígeno que le tapaba la cara y apenas se le reconocía. Pero creían que era Jiao.
Para su pesar, los médicos no les dieron esperanzas debido a la tuberculosis que sufría, y decidieron llevarlo a casa. Murió en la ambulancia, y sus familiares no pudieron ver el cuerpo antes de ser incinerado. Supuestamente, el cuerpo de Jiao fue llevado hasta su lugar natal y se celebró un funeral por todo lo alto en el que la familia gastó casi 20.000 euros.
Pero en mayo, la policía encontró a un hombre sin hogar que se identificó como Jiao. Tras ponerse en contacto con su tío en Shangrao, cerca de donde vivía el hombre, la familia recibió con sorpresa la noticia y organizaron el traslado a su ciudad. El reencuentro tuvo lugar el 5 de junio, dos meses después de que le hubieran dado por muerto.
¿Quién era el muerto?
Jiao volvía a estar con su familia, pero empezó entonces a planear la duda: ¿Quién era el hombre que habían incinerado? La incógnita sigue abierta, porque a pesar de que las autoridades locales han abierto una investigación, por ahora resulta imposible rastrear el contacto hasta llegar a la identidad del hombre fallecido.
Todo apunta a un error humano. Los dos hombres se parecían mucho físicamente y, a pesar de la distancia entre el hospital y su casa, los partes médicos coincidían. En aquellos momentos, en los que la pandemia sumía China en el caos y la gran mortalidad, apenas se hacían este tipo de preguntas y todos dieron por buena la teoría de que aquel hombre era Jiao.
Fuentes del hospital afirmaron que el hombre incinerado podría tener en su posesión la identificación del verdadero Jiao cuando fue ingresado. Esto explicaría el error. Sin embargo, sea de quien sea la responsabilidad, la familia de Jiao busca una compensación por parte del hospital por los trastornos causados durante el proceso.