La Junta de Castilla y León ha confirmado dos casos diagnosticados de pacientes con tularemia en la provincia de Palencia e investiga un tercer caso sospechoso, según ha informado la Administración autonómica. El comunicado apunta además que se procede a realizar una búsqueda activa de casos de esta enfermedad que hubieran podido pasar desapercibidos en las últimas semanas.
No es contagiosa entre personas
Las mismas fuentes han recordado que la tularemia es una enfermedad, conocida comúnmente como fiebre de los conejos, que puede cursar con distintas formas de presentación en humanos en relación con la exposición y el mecanismo de contagio, ya que pueden aparecer síntomas semejantes a los de un proceso infeccioso (aparición brusca de fiebre alta, malestar general) y, en ocasiones, con lesiones en los dedos y ganglios axilares, alguna vez ulcerados.
«La tularemia, es endémica en Castilla y León, con brotes cíclicos», han recordado desde la Junta. «No es contagiosa entre personas», han matizado, y tiene un adecuado tratamiento mediante antibióticos siempre prescritos por facultativos. Aunque la prevención es «la mejor fórmula parta evitar su contagio», ya que la adopción de una serie de conductas fácilmente aplicables evita su transmisión.
Evitar el contacto con animales muertos
Por ello, la Administración regional aconseja evitar el contacto con animales muertos, enfermos o con comportamientos no naturales y el consumo de aguas no controladas sanitariamente. Además de protegerse de las nubes de polvo en aquellos lugares donde proliferen animales susceptibles de la transmisión de la tularemia y utilizar ropas protectoras y productos repelentes, para evitar picaduras de insectos o garrapatas.
Asimismo, recomienda utilizar guantes y mascarillas cuando se capturen animales, se manipulen o estos se retiren, en la pesca y manipulación de cangrejos y no permitir que los niños toquen animales muertos. Por otra parte, recuerda que la carne de los animales silvestres ha de consumirse perfectamente cocinada, porque la congelación «no inactiva» el agente responsable de la enfermedad.