Han pasado tres días del hallazgo del cuerpo sin vida y desnudo de una adolescente de 14 años en plena calle en Alcalá la Real (Jaén). A pesar de que el caso está marcado por la confusión, todo va encajando. A través del entorno de la víctima y del asesino, los investigadores están uniendo las piezas del rompecabezas.
Por ejemplo, saben que Nazzaryn, el asesino, solo conocía de vista a Khawla, la víctima, y que no mantenían ninguna relación sentimental. Saben que coincidieron aquella tarde por casualidad, en el piso de una amiga de la víctima. Y que el agresor la llevó a un lugar apartado para intentar abusar de ella.
La autopsia ha confirmado que Khawla murió asfixiada por estrangulamiento, y al parecer no hubo agresión sexual. El asesino confesó a un amigo haber intentado mantener relaciones con ella antes de acabar con su vida. El entorno de Khawla, devastado por la tragedia, completan este dramático relato.
Fue a casa de una amiga
Khawla, adolescente española de origen marroquí, era estudiante de tercero de la ESO con muy buenas notas y un comportamiento ejemplar. Quería ser médico, y se esforzaba todos los días por labrarse un futuro con los estudios. El martes a las 17:30 horas salió para ir a casa de su amiga Marina a hacer un trabajo.
La muchacha prometió volver a casa a las ocho y media, y según explica su madre nunca falta a su palabra. La demora sorprendió a Hakima, que inició la angustiosa búsqueda de su hija ejemplar. Tuvo el presentimiento de que algo malo le había ocurrido, y denunció su desaparición aportando una fotografía.
Solo una hora después, un español de 22 años y de origen dominicano llamado Nazzaryn efectuó una llamada al 112: “He matado a una chica”. En las ruinas de la iglesia de Santo Domingo de Silos encontraron el cadáver desnudo de la adolescente. Empezó entonces la investigación para esclarecer lo sucedido.
Se conocían de vista
Los investigadores saben que aquella tarde, Khawla coincidió en el piso de Marina con el hermano de su amiga y un amigo suyo, Nazzaryn. El joven y la chica se conocían de vista. Él procede de una familia problemática, es jugador del equipo de hockey del pueblo y tiene antecedentes por un intento de violación.
Nazzaryn les propuso ir a las ruinas de la iglesia, un lugar apartado del pueblo donde suelen ir los jóvenes a hacer botellón. Marina y su hermano rechazaron, pero Khawla aceptó y se marcharon juntos. A partir de ahí, el relato entra en el terreno de la mera hipótesis porque el asesino confeso se niega a colaborar.
Creen que ambos accedieron voluntariamente al lugar, ya que hay que saltar una valla para entrar. El joven confesó a un amigo haber intentado mantener relaciones con ella y llamó al 112 cuando se dio cuenta de que no se movía. Cuando llegaron los efectivos aguardaba en el lugar impasible, con una sobrecogedora frialdad.
El agresor no suelta prenda
El asesino confesó no explicó a los agentes ni cómo llegó allí, ni cómo mató a Khawla, y ni siquiera reveló dónde estaba el cuerpo. A todas las preguntas respondía con un “no comento”, incluso cuando le preguntaron por su nombre. Los agentes llegaron a pensar que era una broma o que no estaba bien de la cabeza.
Tras una rápida batida por el lugar encontraron el cuerpo sin vida de Khawla, a la cual pudieron identificar por la fotografía facilitada por la madre. El asesino sigue en dependencias policiales y muestra un carácter altivo. Hoy pasará a disposición judicial y presumiblemente quedará en prisión provisional.
El juez tendrá que decidir si le imputa por homicidio o asesinato, si hubo premeditación, y si se produjo la agresión sexual. La autopsia revela que la joven mantuvo relaciones sexuales antes de morir, pero no hay signos de defensa y podrían haber sido consentidas. Son los enigmas que quedan por resolver en este caso.
Khawla y Nazzaryn, el día y la noche
La investigación establece que el encuentro entre el agresor y la víctima fue casual, a través de conocidos comunes. Según el alcalde de Alcalá la Real, Antonio Marino Aguilera, la principal hipótesis es que se la llevó al recinto “con engaños y artimañas”. La policía sigue investigando las circunstancias del suceso.
Mientras, sigue la consternación en Alcalá la Real y sobre todo en el entorno de la víctima. Khawla era una chica muy admirada y querida en el IES Alfonso XI, donde la describen como una estudiosa que apenas salía de casa. Por eso el gran misterio es saber cómo la atrajo el asesino al lugar del crimen.
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Nazzaryn ya protagonizó una tentativa de agresión sexual en 2014, cuando solo tenía 15 años. En su entorno le describen como un chico más bien retraído, de complexión fuerte, deportista y aficionado al cubo de Rubik. En las próximas horas se revelará su declaración, que puede arrojar más luz a este misterioso caso.