España lleva varios días doblegando la curva de contagios, que están ahora muy por debajo de lo que vivimos en algunos días de enero, cuando se superaron los 40.000 contagios diarios. Ahora se notifican entre 16.000 y 18.000 al día, y la incidencia acumulada ha bajado de los 899 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas hasta los 584,14 de este miércoles.
La buena evolución de los indicadores epidemiológicos, que incluso se han trasladado ya a la presión hospitalaria, que poco a poco va bajando, aunque de forma lenta y todavía en niveles muy altos de ocupación, ha llevado a algunas comunidades autónomas a empezar a relajar las medidas restrictivas, por lo menos las más duras que se aplican desde hace un mes.
Cataluña fue una de las primeras regiones que amplió en dos horas el horario de la hostelería, que ahora puede abrir una hora más para servir desayunos, de 7:00 horas a 10:30 horas), y para servir comidas (de 13:00 horas a 16:30 horas). También relajó el confinamiento municipal de todas sus localidades, que ha pasado a ser un confinamiento comarcal desde esta misma semana.
En Madrid, Isabel Díaz Ayuso ya anunció su intención de volver a retrasar el toque de queda, que tuvo que ser adelantado a las 22:00 horas ante el aumento de los contagios. Con la curva ya a la baja, el ejecutivo regional quiere devolverlo a las 23:00 horas y eliminar el horario máximo de apertura de los restaurantes, que podrían abrir hasta el toque de queda.
Este mismo miércoles, el gobierno de Extremadura ha anunciado que se van a empezar las restricciones que se aplican en la comunidad, las más duras desde el final del primer estado de alarma. Así, la Junta levantará el confinamiento perimetral de algunos municipios, los que estén ya por debajo de los 500 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas. Además, permitirá la reapertura de los bares y los restaurantes, aunque con hora de cierre a las 18:00 horas.
El presidente andaluz, Juanma Moreno, ha avisado que el descenso de casos hará que la Junta y los expertos tomen las decisiones cada siete días, y no cada 14 como hasta ahora. Así, las medidas restrictivas se revisarán de forma semanal. Hasta ahora, las restricciones se aplicaban en periodos de dos semanas incluso aunque las zonas afectadas ya hubieran bajado de los umbrales de incidencia.
En otras comunidades todavía no se han aprobado esas relajaciones, pero ya están sobre la mesa. Es el caso de Castilla-La Mancha, cuyo presidente, Emiliano García-Page, ha avanzado que este jueves se reunirá el Comité de expertos para evaluar la situación, y si los casos siguen bajando en los próximos días, es posible que en un plazo de 10 días puedan empezar a suavizarse las restricciones.
Desde Galicia, su presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha anunciado este miércoles que su gobierno ya está trabajando en una desescalada «medida» y «gradual» para asegurar la tendencia a la baja y no dar pasos en falso en la lucha contra esta tercera ola, que en la región ha sido la peor hasta la fecha.
Salvar la Semana Santa, el error que hay que evitar
Precisamente eso es lo que piden la mayoría de expertos, que creen que 'salvar la Semana Santa' puede provocar lo mismo que provocó el 'salvar la Navidad': una cuarta ola cuando todavía no nos hemos recuperado de la tercera.
La realidad es que, a pesar de los descensos de los casos, en España se siguen notificando más de 16.000 casos diarios, y los hospitales siguen al 20% de su ocupación para pacientes Covid-19, que asciende hasta el 42% en el caso de las UCI, cifras muy elevadas y que todavía tardarán varias semanas en bajar. Si las restricciones se levantan demasiado pronto, habiendo mucha transmisión comunitaria, los contagios volverán a subir, y con ellos, los ingresos en los hospitales y los fallecidos.