A las 5.31 de la mañana, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, colgó en su cuenta de Twitter el mensaje más esperado: «Acuerdo!». Detrás quedaban horas y horas de una dura negociación que empezó el pasado viernes por la mañana y que concluye con un acuerdo histórico para poner en marcha los fondos de recuperación económica.
El acuerdo contempla la creación de un fondo de recuperación financiado con deuda común de 750.000 millones de euros, de los cuales 390.000 serán para subvenciones y 360.000 para préstamos con el fin de ayudar a los países más afectados. La estrategia para salir de la crisis del Coronavirus se apoyará en un presupuesto de 1.074 billones de euros para 2021-2027.
España recibirá 140.000 millones de euros del fondo de recuperación europeo, de los que 72.700 se darán en ayudas directas, según ha anunciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al valorar el acuerdo alcanzado por el Consejo sobre dicho fondo.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se mostró satisfecho por lo que ha considerado un «acuerdo histórico» logrado en Bruselas y que pone a disposición de España unos 140.000 millones de euros. Fuentes de la delegación española reconocen que «ha costado, pero lo hemos conseguido».
Sánchez valor de forma positiva que se haya acabado aceptando la propuesta con la que se presentó España. «Entramos y salimos con 140.000 millones de euros», subrayó el presidente, que apostó por una recuperación verde, digital y la mejora del capital humano para una economía competitiva, inclusiva y sostenible.
Mayor control de Holanda
Durante cuatro días se han llevado a término negociaciones muy duras que estuvieron a punto de descarrilar la madrugada del domingo al lunes. Finalmente la situación se desbloqueó. Los países frugales (Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia) han conseguido recortar el volumen de las ayudas y tener un mayor control sobre las mismas.
Los grandes países (Alemania, Francia, España e Italia) querían como mínimo 400.000 millones de euros en subvenciones, mientras que los frugales proponían 350.000. El compromiso final queda cerca de la primera cifra, pero supone un recorte de 110.000 millones en las ayudas directas con respecto a los 500.000 millones que propuso la Comisión Europea.
El acuerdo refuerza el control sobre la concesión de ayudas directas para contentar a Holanda, que reclamaba que los países pudiesen vetar los planes de reformas e inversiones de sus socios, mientras que la Comisión Europea proponía que se pronunciasen sólo a nivel técnico.
Cómo afecta a España
Uno de los puntos claves de la negociación era si un país puede vetar las ayudas de otro. La intención de los Países Bajos era que cualquier país pudiera vetar las ayudas a un tercero si las reformas que había planteado ese país no eran adecuadas. La razón es que esos países quieren reformas estructuras duras y planes de ajuste en España.
El acuerdo final establece que los planes nacionales de reformas serán aprobados con la mayoría cualificada entre los Veintisiete y los desembolsos posteriores dependerán del cumplimiento de una serie de objetivos preestablecidos.
La Comisión Europea evaluará si se han cumplido estos objetivos, aunque excepcionalmente uno o más socios que tengan dudas de su análisis podrán pedir que se debata entre los líderes. Traducido a los intereses españoles, esto quiere decir que las reformas planteadas por España deberán tener el visto bueno de la Comisión.