Vecinos en los balcones durante el confinamiento por el Coronavirus en España

Cómo afrontar otro confinamiento en la segunda oleada en España

Los psicólogos creen que los españoles han aprendido de la experiencia pero advierten de las secuelas de afrontar otro encierro

Vecinos en los balcones durante el confinamiento por el Coronavirus en España
Los epidemiólogos cada vez ven más cerca un segundo confinamiento en España | España Diario

La gravedad de la situación hace temer a los españoles un nuevo confinamiento. Tras el aumento imparable de los contagios los últimos días, Sanidad se reafirma en que la pandemia está bajo control, pero al mismo tiempo deja la puerta abierta a medidas más drásticas que vuelve a hacer planear la sombra de un encierro de cara a la segunda oleada.

Los contagios en nuestro país no dejan de crecer y ya son más de 27.000 en los últimos siete días. Por eso los expertos no tienen ninguna duda: probablemente será necesario volver al confinamiento en España. 

Un nuevo encierro total en todo el país sería demoledor pero la economía, pero también para la sociedad que ya sufrió en marzo y abril uno de los confinamientos más duros de toda Europa: salir solo en circunstancias especiales y justificadas, comunicarse por videollamada, largas colas en el supermercado y agotamiento de las existencias de algunos productos.

Desde que se superó la primera oleada, los epidemiólogos son incapaces de predecir con exactitud cómo evolucionará la pandemia hasta la llegada de la vacuna, pero es probable que siga con oleadas con hasta ahora. Los psicólogos ya han advertido que la población tiene que prepararse mentalmente para afrontar otro confinamiento.

Los expertos aseguran que el impacto de un segundo encierro dependerá de las circunstancias de cada caso: no es lo mismo afrontar un confinamiento solo que con compañía o niño, en un lugar agradable y con espacio o en un entorno pequeño y con problemas económicos.

Las personas más vulnerables en este caso serán los niños, las personas que viven solas o las que tienen incertidumbre con el trabajo. En cuanto a los niños, ya fueron los que más sufrieron las consecuencias del confinamiento en marzo y abril, y por eso fueron los primeros en poder salir a la calle cuando la curva empezó a aplanarse. 

El encierro también es especialmente duro para las personas que viven sola, ya que pierden cualquier posibilidad de contacto y su aislamiento se hace más profundo. Durante muchos días, para estas personas la única forma de comunicarse con los demás eran las videollamadas. 

Y el impacto sobre la economía también es indudable. Un nuevo cierre de la actividad acabaría de dar la estocada final a una situación ya de por sí dramática, sobre todo para la multitud de trabajadores que pueden volver a verse inmersos en un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE).

Aprender de la experiencia

La única ventaja es que la ciudadanía estará mejor preparada para un segundo confinamiento, gracias a la experiencia del primero. Sabemos qué es lo que peor llevamos, y lo que podemos mejorar. Los psicólogos dicen que lo importante es analizar las conductas que no nos han funcionado y cambiarlo para superar el confinamiento con éxito.

Un segundo confinamiento sería en principio más llevadero que el primero, pero los psicólogos creen que podría dejar secuelas importantes. La sociedad española demostró una gran capacidad para soportar la situación, pero un segundo encierro sería crítico. Hasta entonces, la responsabilidad de todos y las medidas de prevención son el único camino para evitarlo.