Las aulas no van a abrir más en Galicia hasta el inicio del próximo curso, salvo para aquellos alumnos que terminen cursos de Formación Profesional —media y superior— y bachillerato.
Uno de los ámbitos más preocupados son las familias, que deben afrontar la reincorporación a sus puestos de trabajo sin el apoyo de los colegios. Según ha manifestado Rogelio Carballo, presidente de Confapa (Ceapa en Galicia): «Es evidente que el problema sanitario no está resuelto, pero se está haciendo una expropiación de la economía familiar para resolver un problema social, laboral y de organización de la Administración».
«¿Qué medida de conciliación resuelve que un padre no tenga que renunciar a su salario por reducción de jornada o deje de trabajar para conciliar y atender a sus hijos?», se pregunta Carballo.
Confapa se ha mostrado comprensiva «a pesar de la incalculable merma de la calidad educativa que recibimos, injustificable de ninguna manera y bajo ningún parámetro de análisis, salvo por el de la incapacidad de la Administración para adaptarse a las circunstancias, como sí lo han hecho la educación privada y concertada», tal y como ha publicado el medio ‘La Voz de Galicia’.
Otra organización de familias de alumnos en Galicia, Anpas Galegas, ha manifestado su agrado con que «impere la cordura en no abrir los centros de infantil y primaria», pero ha lamentado que la consellería no haya tomado la «iniciativa y deje todo a la dirección del Gobierno central».
En cuanto a las familias que llevan a sus hijos a las instituciones académicas concertadas, la Fecapa entiende que «la vuelta al colegio sería lo deseado por todas las familias y para los alumnos sería beneficioso, no tanto a nivel curricular, como emocional. Pero la situación es excepcional y preservar la salud de nuestros hijos e hijas condiciona cualquier decisión», manifestaba la presidenta María José Mansilla.
Además, ha añadido que entiende como una buena medida el hecho de que sea voluntario el retorno a las aulas para los alumnos mayores, ya que «supone un alivio para muchas familias que lo consideran un riesgo innecesario».
Patricia Pérez, de Congapa, manifiesta la preocupación de los padres en cuestiones como la devolución de manuales a préstamo. Según dice Pérez, las familias no saben nada y llaman a las organizaciones para pedir información que la Administración no ha facilitado.
Una de las cosas que más preocupaban a los centros escolares era el retorno de alumnos de menos de 6 años, cosa que el hecho de que no se tengan que reincorporar ha tranquilizado a sus responsables. Según ha manifestado Escolas Católicas, ha primado la prudencia: «Lo principal es que esa vuelta a las aulas se realice con garantías de seguridad y con un protocolo avalado por Sanidad —remitido ayer mismo—, porque que no haya un criterio homogéneo desde el Gobierno genera inseguridad», según ha manifestado Juana Otero, secretaria autonómica de la organización.
El sindicato ANPE ha recibido con alegría la noticia y así lo ha manifestado su presidente gallego, Julio Díaz: «Ni la escuela es un parking de alumnos ni los docentes son cuidadores: para ANPE, las soluciones asistenciales para favorecer la conciliación hay que trabajarlas desde otras instituciones y con otros profesionales». Además, ha recordado que: «Hacer experimentos a final de curso no va a ser bueno».
Se esperan instrucciones de Madrid para saber si se reabren las guarderías
Que no se reincorporen, de manera definitiva, los alumnos a las clases en lo que queda de curso supone un gran problema para las familias. Muchos de los padres no saben cómo van a poder conciliar el trabajo con el cuidado de sus hijos, ya que en muchos casos los padres han podido dejar a los menores con los abuelos, pero dada la situación, esa posibilidad queda descartada.
Pero la situación no es diferente para todos aquellos padres de alumnos menores de 3 años. En teoría, a finales de mayo podrían volver a abrir las guarderías, pero el organismo del que dependen las guarderías no saben qué hacer.
Según el citado medio, hay 32.000 plazas habilitadas para el servicio de guarderías en Galicia y ahora mismo se encuentran en un limbo. Esto se debe a que el Gobierno no se ha manifestado en relación a reabrir dicho servicio, como tampoco ha dado la orden tácita de que no se reabran.
Los grandes quebraderos de cabeza para dictar las órdenes en cuanto a materia educativa son de carácter sanitario. No saben cómo se va a poder garantizar que se guarde la distancia de seguridad entre los alumnos, el sistema de limpieza que debe efectuarse de manera regular, los servicios de alimentación ni los horarios habilitados.
Lo mismo sucede en el resto del país
Las mismas incógnitas que tienen las escuelas de primaria y secundaria de Galicia también las tienen en el resto del país. El Gobierno ha manifestado, en diversas ocasiones, que no se puede establecer un plan de actuación para todos los territorios españoles con las mismas medidas, pues la epidemia del coronavirus no ha afectado de la misma manera a todos los territorios.
Es por ello que cada territorio deberá ser consciente de su situación y esperar instrucciones del Gobierno central bajo diferentes escenarios. No se podrá actuar de la misma manera, ni en el mismo momento, en colegios que estén situados en provincias que ya hayan experimentado un alivio de los efectos del virus que en otras en las que todavía sufran los efectos.
La toma de decisiones deberá ser asimétrica, de la misma manera que la evolución de los territorios también lo ha sido. Lo cierto es que se debe encontrar una solución para una buena conciliación de la reactivación laboral del país y del cuidado de los más pequeños, que en estos momentos es uno de los problemas que más preocupan a los padres y madres de nuestro país.