Si hay algo que está sorprendiendo a todos estos días es la rapidez con la que se ha logrado reducir los dramáticos números de la pandemia en España, que hace poco lideraba el ranking en todo el mundo y ahora vive una fase de desescalada llena de optimismo. La mejora de la situación epidemiológica tiene mucho que ver, pero hay otro factor importante.
Y es que detrás de las idílicas cifras que está presentando el ministerio de Sanidad se esconde una contradicción entre los fallecidos que diariamente reporta Fernando Simón con los datos que ofrecen las comunidades autónomas, lo que cada vez deja más claro que el drástico bajón de víctimas mortales se debe al cambio en el recuento del Gobierno a finales de mayo.
En las últimas dos semanas, el Gobierno ha anunciado 19 fallecimientos por Covid-19: de los 27.117 que figuraban el 27 de mayo a los 27.136 de este jueves. Pero las comunidades autónomas aportan una cifra mucho mayor, de 704 muertes entre el 27 de mayo y el 10 de junio. En este caso, se cuentan también los sospechosos y fuera de los hospitales.
Así, por un lado es evidente que el número diario de víctimas está en retroceso desde que la curva alcanzara su pico en abril, pero por otro lado la media está aún en torno a 47 diarios en estas dos semanas sin datos de fallecidos. Sanidad, sin embargo, habla de algo más de una muerte al día, algo sin duda más optimista pero a la vez menos real.
El origen de la incongruencia está en el día 27 de mayo, fecha en la que la serie histórica del ministerio quedó congelada. Dos días antes el Gobierno rebajó de golpe la cifra de fallecidos en casi 2.000 personas, de 28.752 a 26.834, aunque al día siguiente le añadió 300 hasta 27.117. Desde entonces, el número total de fallecidos oficiales ha sido de 19 personas.
Y es que durante aquella semana de finales de mayo cambió la forma de contar las víctimas, y en lugar de hacer un recuento diario empezaron a incluir una cifra de registros por semana. El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, dijo que el número de fallecidos en los últimos siete días es una métrica más apropiada para esta nueva fase de la epidemia.
Antes del cambio, la mortalidad oscilaba entre 40 y 80 personas diarias, y sin embargo en los últimos días Sanidad ha conseguido aproximarse al concepto de «cero fallecidos» que dibuja un panorama mucho más dulcificado de esta recta final del brote.
Los contagios tampoco cuadran
Según los expertos, los análisis de una base extraída un día pueden varias de los extraídos al día siguiente si se ha actualizado la información, y por eso, se considera que la base de datos ofrecida semanalmente no está consolidada y los resultados extraídos de ella deber ser tratados con cautela. En todo caso, todos los resultados son provisionales y deben tratarse con precaución, dicen los expertos en metodología de recuento.
La diferencia entre los datos ofrecidos por Sanidad y los que fan las comunidades autónomas se basa en que, por ejemplo, si una persona da positivo por Covid-19 sin que se haya modificado su provincia de residencia, no aparecería en la serie provincial pero sí en la autonómica y, por ende, queda en un limbo estadístico y provoca el desbarajuste.
El lío se deshará cuando se consoliden las series de Sanidad agregando muertes al registro histórico, pero a día de hoy crea una gran confusión en cuanto al número de fallecidos reales a falta de apenas diez días para entrar en la «nueva normalidad», y afecta también al recuento de los casos confirmados, que según algunos estudios es de al menos 17.000 contagiados más.