Aunque buena parte de España sigue mejorando su situación epidemiológica los últimos días y se han levantado algunas restricciones de cara la Navidad, la realidad es que todavía hay ciudades donde la situación es preocupante y donde se mantienen medidas muy duras, como el cierre de la hostelería o la prohibición de todo tipo de actos culturales.
Un buen ejemplo de ello es la ciudad de Burgos. Hace unas semanas se convirtió en la capital española con mayor incidencia acumulada. Llego a acumular 1.800 casos por cada 100.000 habitantes. Este viernes, todavía no había sido capaz de bajar de los 1.000, aunque empiece a verse una relativa mejora.
Por eso sorprende que mientras la mayoría de actividades de ocio están cerradas en la ciudad, se permitan actos religiosos como el que tuvo lugar este sábado. Y es que unas 250 personas se congregaron en la Catedral de Burgos con el permiso de la Junta de Castilla y León.
El acto a celebrar era la toma de posesión del nuevo arzobispo de Burgos, Mario Iceta Gavicagogeascoa. La ceremonia tuvo lugar dos meses después de su nombramiento del Papa Francisco. Lo conveniente hubiera sido aplazarla, pero no pudo ser así, ya que se habría cumplido el plazo para que este nombramiento quedará sin efecto.
La pregunta a hacerse es si no se podría haber optado por otro formato más conveniente para las circunstancias actuales que vivimos. Y es que como comentábamos más de 250 personas se reunieron en la catedral burgalesa, entre ellas numerosas autoridades eclesiásticas, militares o políticas.
Acudieron al acto altos miembros de la iglesia española, como fueron el nuncio de la Santa Sede en España, residente en Madrid, Bernardito Auza, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Francisco Pérez o el arzobispo de Zaragoza, Carlos Escribano. Como vemos no solo llama la atención el número de asistentes sino que algunos de ellos no respetaran claramente el cierre perimetral de sus comunidades.
Entre los asistentes se encontraba también el consejero de la Presidencia, Ángel Ibáñez, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa. Sorprende que representantes políticos participaran en un acto tan masivo cuando se sigue haciendo un llamamiento a la población para evitar lo máximo los contactos y cuando en Burgos el número máximo de personas que se pueden reunir era hasta el viernes de 3, aunque aumento a seis tras una nueva normativa.
Al acto también acudieron periodistas, cámaras (fue retransmitido en directo) o músicos y todo un coro. Parece poco aconsejable también la presencia de este último, sabiendo que el canto pueden ser un foco de contagio por aerosoles.
Nueva normativa coincidiendo con la ceremonia
Llama la atención que el gobierno de Castilla y León decidiera no prorrogar parte de las medidas que se venían aplicando en Burgos las últimas dos semanas justo este pasado viernes. Recordamos que la ciudad burgalesa sigue siendo la más afectada por el Covid en la comunidad y una de las más afectadas en España.
Y es que además de aumentar el límite de personas de 3 a 6, el único cambio introducido en la última orden publicada por la Junta. Hasta este 4 de diciembre, la asistencia a actos en lugares de culto estaba muy limitada, a un tercio del aforo con máximo de 15 personas. Pero ahora se aumentó a un 50% del aforo, sin establecer un número máximo de asistentes. La archidiócesis de Burgos confirmaba antes del acto como incluso con este aforo limitado «solo acudirán unas 250 personas incluidos los miembros del coro y periodistas».