El crimen de Barbate, en Cádiz, va cogiendo cada vez más tintes de tragedia según se conocen nuevos detalles. El lunes, 9 de agosto, una mujer se tiró de la azotea del edificio en el que vivía. Cuando la Policía acudió a la llamada de los testigos, se encontró a un hombre malherido en otro de los domicilios.
Más tarde lograron esclarecer que la víctima que se había tirado de la azotea habría agredido a su pareja. Él terminó muriendo horas después en el hospital, al no poder superar la gravedad de sus heridas.
Con el paso de las horas se conoció que no se trataba de un crimen pasional ni de un asesinato por una discusión. El motivo de la doble muerte de esta pareja va mucho más allá que todo eso.
Beatriz tenía 65 años y Ramón, su pareja, habría cumplido 74 a finales de este mismo mes de agosto. Ambos llevaban décadas viviendo en Barbate. Ella nació en la misma localidad y ha dedicado toda su vida al cuidado de otras personas.
Fue profesora de Educación Infantil durante su vida laboral, pero tuvo que abandonar su trabajo para cuidar de su marido. Él sufría una discapacidad desde hace muchos años que requería de muchos cuidados. En los últimos años tenía que moverse en silla de ruedas y necesitaba usar pañales.
Ramón, que había sido profesor de pintura, era un reconocido pintor, no solo en España sino también en otros países. Su obra del impresionismo abstracto puede verse en museos y galerías de España, Alemania, Cuba, Estados Unidos, Argentina o Japón.
Después de conocerse, los dos se quedaron a vivir en Barbate aunque él era natural de Ceuta. Fue en 1976 cuando iniciaron su vida juntos, trabajando ambos como docentes hasta que les llegó el día de jubilarse.
Ramón estaba discapacitado y a Beatriz acababan de diagnosticarle un cáncer
Pero lo que iba a ser un retiro dorado para ambos tras una vida juntos, acabó convirtiéndose en una pesadilla. Él, discapacitado y en silla de ruedas. Ella, como cuidadora de su pareja las 24 horas del día, acabó desarrollando una depresión.
A la condición de Beatriz se le llama el 'síndrome del cuidador'. Lo sufren personas que se pasan su vida ayudando y cuidando de otras personas que necesitan atención. Al final, eso provoca un desgaste psicológico continuado que acaba en una depresión como la que tenía Bea.
Hace unos meses, ese dolor psicológico acabó convirtiéndose en un dolor físico, así que fue al médico. Primero preguntó en sus redes sociales, pero finalmente se acabó haciendo unas pruebas médicas que revelaron lo peor. Beatriz sufría cáncer de pulmón y de útero.
Esto ocurrió el pasado mes de junio, y desde entonces, estaba preocupada por qué pasaría con su marido. El matrimonio tiene un hijo, pero los que les conocían dicen que es un "bala perdida" que bastante tiene con cuidar de sus dos hijos. Algunos incluso aseguran que tiene problemas con las drogas.
Ante esta situación, Beatriz tenía bastante claro que cuando ella faltase, su marido iba a quedarse solo. El pasado domingo, mientras estaba a la espera de un diagnóstico definitivo, decidió acabar con su sufrimiento y el de su pareja.
Agredió a su marido, provocándole graves heridas que terminarían con su muerte. Según las últimas informaciones, le dio un fuerte golpe en la cabeza y luego le apuñaló varias veces, aunque no fue capaz de rematarlo.
Después, subió a la azotea del edificio y se lanzó desde lo alto, perdiendo también su vida en el impacto contra el suelo. Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron, el hombre todavía estaba vivo.
Escucharon sus gritos a través de las paredes y los servicios médicos le trasladaron al hospital. Por desgracia, el pintor falleció unas horas después. Con el paso de las horas se van confirmando más detalles de lo ocurrido y se confirma el drama familiar que vivían.
Beatriz acabó con su marido porque no quería dejarle solo, con su discapacidad, cuando ella no estuviese. Le quedaba poco de vida, y ante el miedo de ver a su marido solo, acabó con el sufrimiento de ambos.