La tercera ola de coronavirus está trayendo, en algunas zonas de España, las medidas más drásticas que han tomado las comunidades autónomas durante la pandemia tras finalizar el primer estado de alarma, aquel que nos confinó en casa durante dos meses para frenar los contagios.
Así, Castilla y León aprobará mañana, tras una reunión extraordinaria del Consejo de Gobierno, el cierre de toda la hostelería, los centros comerciales y los gimnasios de toda la comunidad, después de ver como en los últimos días se ha disparado la incidencia acumulada en la región y superar ya los 400 casos por cada 100.000 personas en las últimas dos semanas.
Estas restricciones ya se aplicaban desde hace unos días a las provincias de Segovia, Ávila y Palencia, que eran las tres con peores datos de coronavirus en toda la región, pero la incidencia ya empieza a subir en toda la región y las autoridades han decidido cortar por lo sano antes de volver a ver datos como los de la segunda ola, que a punto estuvieron de provocar el colapso de los centros sanitarios castellanoleoneses.
Este lunes se han propuesto estas medidas en la reunión del gabinete de crisis autonómico, como consecuencia «del incremento vertiginoso» de la incidencia acumulada a siete días, que ha multiplicado por cinco la incidencia de la semana de Navidad. Mientras que la incidencia a dos semanas es actualmente de 443 casos, a siete días ya es de 285 casos, lo que significa que a lo largo de esta semana y principios de la siguiente la región superará los 500 casos de media en dos semanas.
Estas nuevas restricciones entrarán en vigor en toda Castilla y León el miércoles, 13 de enero, a partir de las 00:00 horas, y se aplicarán un mínimo de catorce días, es decir hasta el 26 de enero a las 23:59 horas, aunque la Consejería ha avisado de que se revisarán en función de la situación sanitaria, lo que significa que podrían vencer ese día o alargarse en el tiempo si los casos siguen subiendo.
El gobierno autonómico ha manifestado en un comunicado que los indicadores pandémicos en Castilla y León sugieren una situación «de riesgo extremo» que ponen en riesgo «las capacidades del sistema sanitario», por lo que se toman estas medidas para frenar una transmisión comunitaria «no controlada».
Restricciones en Castilla y León desde el miércoles
Desde este miércoles, toda Castilla y León estará en nivel 4 de alerta, el que supone un riesgo extremo, y que además del cierre de bares y centros comerciales implica otras restricciones muy duras.
Toda la hostelería quedará cerrada en la región salvo por las terrazas y la comida para llevar, y también todos los centros comerciales, las salas de juego, bingos, gimnasios e instalaciones deportivas que no sean al aire libre.
Segovia fue la primera provincia que hizo saltar las alarmas y ahora la incidencia acumulada es de 817 casos por cada 100.000 habitantes, con una curva prácticamente vertical que no se había visto hasta ahora. En Ávila, la incidencia ya es de 631 casos, mientras que en Palencia suman 604. Valladolid alcanza ya los 424 casos.
Las autoridades achacan esta explosión de casos a las cenas del 24 de diciembre y las comidas del día 25, que se convirtieron en brotes familiares que saltaron después a otros ámbitos como el ocio.
Estos datos hacen prever a las autoridades que pronto se trasladarán también a los datos hospitalarios, cuando la región todavía no se había recuperado de la segunda ola, lo que pondrá al límite a muchos hospitales de Castilla y León y hará aumentar también las víctimas mortales de la pandemia.