La investigación para esclarecer la muerte de Esther López continúa a buen ritmo, aunque todavía quedan pendientes muchas incógnitas. Con el paso de los días se van conociendo pequeños detalles que pueden resultar esenciales para resolver este caso. Una de ellas hace referencia a la postura que tenía cuando fue localizada por un senderista el pasado 5 de febrero.
Todo hace indicar que en las primeras horas tras el fallecimiento permaneció en una posición diferente. Lo que invita a pensar que el cuerpo estuvo en otro lugar y que fue trasladado hasta la cuneta con posterioridad, recoge Ok Diario.
Para llegar a la conclusión de que el cadáver de Esther fue manipulado se basan en un análisis científico. "Cuando una persona fallece, una de las consecuencias es que su sistema cardiaco y circulatorio se detiene. El corazón ya no bombea sangre y esta se detiene en los vasos sanguíneos del cuerpo", apuntan.
"La persona muerta está en una posición determinada y esa postura está sujeta a dos factores: la superficie y la fuerza de la gravedad", explican. Por lo tanto, si una persona muere y su cuerpo queda tumbado sobre el suelo, la parte en contacto con esa superficie desarrolla "livideces cadavéricas".
Se tratarían de una especie de manchas rojas en la piel que resultarían sencillas de apreciar por parte de un forense. Se producen por "la acumulación y sedimentación de la sangre". Ya no circularía por esos lugares que estarían en contacto con el suelo por "efecto de la gravedad".
Con todo esto, un cuerpo que apareciera boca abajo debería presentarlas en el pecho, abdomen y partes delanteras de las extremidades inferiores. Pero hay la certeza de que alguien movió el cuerpo de la chica.
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En el caso de Esther López, dichas livideces cadavéricas fueron detectadas en la zona de la espalda. Lo que confirman los indicios planteados en un primer momento por los agentes. Alguien la había colocado en la cuneta de forma intencionada.
No hay que olvidar que su cuerpo fue localizado tumbado boca abajo. Sus brazos permanecían pegados al tronco, con la mochila y el móvil muy próximos a ella. De haber muerto así, las manchas que se producen en esas primeras 24 horas hubieran surgido en el pecho.
Esto, además, hace indicar que tuvo que transcurrir al menos un día hasta que se produjo ese cambio de postura. Otro aspecto en el que están centrando la investigación es sobre el tiempo que pudo permanecer en la cuneta. Sospechan que no estuvo allí los 24 días desde que se pierde la pista.
Resulta complicado que nadie la hubiera visto en todo ese tiempo. Ya fueran los voluntarios que participaron en las batidas, deportistas o incluso los perros que salen a pasear por la zona.
Esther López pudo ser víctima de una muerte violenta
Hay otro detalle que no pasó inadvertido para los investigadores del caso de Esther López. Al parecer, la orientación con la que apareció el cuerpo no se correspondía con la del sentido de la circulación. No es descartable el atropello, pero "hay otras maneras de sufrir las lesiones que ella padeció", explican a Ok Diario.
De ahí que empiece a cobrar más fuerza la hipótesis de que pudo ser víctima de una muerte violenta. Los que acabaron con su vida la ocultaron durante un tiempo y llegado el momento se le depositó en una carretera.
El esclarecimiento de esta muerte no está muy lejos, pero requiere de mucha paciencia. La ciencia y la investigación requieren de unos tiempos, y eso hace que algunos se acaben desesperando.
Este fin de semana la familia de Esther López solicitaba "justicia" en una concentración llevada a cabo en Traspinedo. "No existen palabras suficientes para agradecer todo el amor, cariño y ayuda que recibimos", aseguró su prima Sara.