Esther López pudo fallecer a consecuencia de un atropello. Esta hipótesis cada vez toma más fuerza, aunque tampoco se descartan otras posibles teorías. De momento, la Guardia Civil busca en la ropa que llevaba ese día la chica restos de pintura del vehículo que la pudo arrollar.
Los nuevos datos aportados por la autopsia desvelan que la fallecida tenía una cadera rota y un latigazo cervical. Son dos detalles que vinculan claramente el suceso a un posible accidente en la carretera. Los esfuerzos de los investigadores se centran ahora en la búsqueda del coche que pudo provocar el percance.
Debido a la altura de Esther, todo hace indicar que pudo ser atropellada por un todoterreno. Los hechos habrían ocurrido de madrugada cuando se dirigía a pie a su pueblo, en la localidad vallisoletana de Traspinedo.
Los agentes tratan de hallar restos de pintura en las prendas que llevaba ese día la joven de 35 años. Sería una pista muy importante, aunque no decisiva. Consideran que dar con el paradero de dicho vehículo resulta bastante complicado.
Principalmente porque en las zonas rurales hay muchos coches de esas características. En cualquier caso, de detectar que hubo un atropello, los investigadores ya podrían orientar su trabajo hacia una única hipótesis. Algo que a día de hoy todavía no contemplan.
Sospechan que ante la ausencia de huellas es posible que el automóvil no detuviera la marcha tras arrollar a la chica. Estaba muy oscuro, era de madrugada y ella caminaba de espaldas al sentido de la circulación. Puede que el conductor ni la viera y la víctima tampoco tuviera tiempo para apartarse.
Esther López y las hipótesis sobre su muerte
Pero más allá de la pintura, la Guardia Civil también trabaja con otros indicios que ayudarían a aclarar el caso de Esther López. Analizan la potencia que pudiera tener el vehículo, la altura y cómo pudo salir despedido el cuerpo. Quieren saber si cayó en la cuneta directamente o si se movió una vez que recibió el impacto.
Esta teoría se lleva barajando desde el primer día que fue localizada por un senderista. Durante los 24 días que duraron los trabajos de búsqueda se realizaron batidas por esa zona, pero no hubo ni rastro de ella. No fue hasta el 5 de febrero cuando la encontraron sin vida en una carretera de acceso al pueblo.
El cadáver se encontraba boca abajo, con el abrigo puesto y la ropa sucia. Permanecía helado, como la hierba que la rodeaba a consecuencia de las bajas temperaturas que se registran en el lugar esta época.
Los vecinos insisten en que es prácticamente imposible que permaneciera allí casi un mes sin ser vista. Alguien la hubiera descubierto en todo ese tiempo.
Las causas de la muerte de Esther López continúan en el aire
Los primeros datos de la autopsia de Esther López revelan lesiones en la cadera y las cervicales. Pero quedan todavía muchas cuestiones por aclarar. Los cuatro forenses que se ocupan del caso no se ponen de acuerdo respecto a las causas del fallecimiento.
Todo apunta a que una hemorragia interna y los traumatismos le provocaran un shock hipovolémico. No obstante, habrá que aguardar por más pruebas. Queda por saber si murió en la posición en la que apareció, si fue trasladada o si pasó mucho tiempo tirada en la cuneta.
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La autopsia definitiva debe esclarecer estos y otros asuntos. De momento, hay tres personas que se mantienen como investigados por su presunta implicación en los hechos.
Se tratan de los dos amigos de Esther López que pasaron el tramo final de la noche con ella y Ramón El Manitas. De momento, la información que se está dando sobre la investigación llega a cuentagotas. El caso se mantiene bajo secreto de sumario.