«En la mañana del pasado jueves 17 de diciembre, como antesala de un invierno frío y especial, nos dejaba Mari Carmen, tras varios años de lucha alegre, valiente y serena, ante esa maldita enfermedad, el cáncer, que a menudo se jacta de arrebatarnos a nuestros seres queridos, cuando parece que estos han superado ese trance». Así comienza el texto en recuerdo de Maria del Carmen Fernández Alarcón, una profesora de Melilla que ha fallecido tras una larga enfermedad. Sus amigos le han escrito una sobrecogedora carta en su recuerdo, y ha sido publicada en el diario 'Melilla Hoy' el pasado jueves.
«Han sido varios años en los que nos has demostrado, junto con Gabriel y vuestros hijos (Carmen y el pequeño Gabriel), así como demás familiares, que, aunque la dolencia, la recaída, los efectos secundarios de un largo y duro tratamiento puedan aparentar ganar la batalla, no hacen sino recordarnos que la verdadera cruzada, el verdadero combate consiste en no dejarse vencer, no caer en la displicencia, no contentarse con dejar pasar el tiempo, sino vivir con ansia y entusiasmo cada momento, como si no hubiese un mañana, cada valioso instante que nos ofrece la vida, pues todos podemos dejar este solar en cualquier momento, sin avisar», comienza la carta que han escrito los amigos de Mari Carmen.
La sobrecogedora carta de despedida de los amigos de Mari Carmen
«Maria del Carmen Fernández Alarcón nos ha dejado, pero Mari Carmen sigue aquí, entre nosotros, en nuestros recuerdos, con su negra y corta, pero densa y brillante melena negra y esos ojos que nos anticipaban la pasta de la que estaba hecha esta mujer; de otra pasta; de esa que tanto hace falta para superar, una y otra vez, sin perder esa preciosa sonrisa, cuantos obstáculos nos pone esta vida, a lo largo del camino», prosigue el emotivo texto en recuerdo de esta profesora melillense.
«Si ya de por sí barruntaba negro este invierno y estas Navidades, en medio de esta pandemia, este fatal e inesperado desenlace no hace sino marcárnoslo a fuego en nuestros corazones, dolidos, rendidos… por el momento, sin posibilidad actual de encontrar una justificación ante tamaña pérdida… pero, como siempre, no nos queda otra que refugiarnos en las anécdotas, refugiarnos en las charlas y vivencias, refugiarnos en Gabriel (padre e hijo) o en Carmen; en vuestra serenidad, incluso cuando ya había partido», continúa el homenaje a Mari Carmen.
«Ya recuperaremos tu sonrisa con el tiempo, porque es lo que tú hubieras hecho»
«Una serenidad que uno no podría creerse si no os conociera; una serenidad que solo puede explicarse cuando se tienen bien arregladas las cuentas con el Señor; cuando no se tienen deudas de afecto y cariño con nadie. Esa serenidad que nos queda, como una instantánea, de tu paso entre nosotros. Ahora, por desgracia, es momento para el duelo; ya recuperaremos tu sonrisa con el tiempo, precisamente porque es lo que tú hubieras hecho, tras superar un nuevo obstáculo, por muy duro que se nos va a hacer, en este caso, tras tu partida».
«Ahora quedan aquí tu marido, Gabriel, un militar muy querido en la plaza y especialmente entre sus compañeros del Tercio y de Regulares, donde ha Servido a España sin reservas, sin descanso, como hacía Mari Carmen en todo lo que vivía, en su colegio, con sus amigos, con su familia. Quedan tus hijos, tus padres… quedan muchos, huérfanos de tus ojos, ávidos de verte, anhelantes por abrazarte y sentirte. Descuida, ahí estaremos todos para rellenar, en lo posible, tu hueco», reza el texto publicado en 'Melilla Hoy'.
«Hasta siempre; hasta luego, Mari Carmen. Descansa en paz»
«Ya no nos volveremos a cruzar cuando salías a andar (vaya caminatas), donde siempre, tras charlar un rato, nos prometíamos quedar para tomar algo y poder hablar tranquilos. Ya solo veremos a Gabriel corriendo por las calles de Melilla, a vuestro hijo acompañándole o a Carmen, cuando regrese por su tierra, en vacaciones, para regalarnos su sonrisa (que es la tuya), ya solo buscaremos tus ojos en los de tus hijos y tu fuerza en los tres», escriben sus amigos.
«Ellos están absolutamente desconsolados, como nosotros, en estos momentos, pero la perspectiva que da el tiempo y la ingente cantidad de amigos que les están acompañando, desde la distancia, o desde la cercanía, primero en tu velatorio y después en el día a día, les dará el consuelo de saber que tu vida ha sido plena, intensa, como si supieras que se te estaba acabando… pero sin perder esa sonrisa. Nos vemos, más pronto o más tarde, seguramente caminando por el cielo, si Dios quiere. Hasta siempre; hasta luego, Mari Carmen. Descansa en paz», finaliza la carta que han dedicado los amigos de Mari Carmen tras fallecer hace escasos días.