Plano corto de un coche de la Policía Nacional

El español que ha estremecido Tailandia y ya había asesinado en Barcelona

El vídeo de su detención, lleno de sangre y riendo, pone la piel de gallina

Un crimen vuelve a acercar Tailandia y España. En enero de 2016, el egarense Artur Segarra fue condenado a muerte por asesinar y descuartizar a su amigo en Bangkok. Ahora, cuatro años más tarde, la policía del país asiático ha detenido a otro español, Carlos Alcañiz, acusado de matar a su amigo chileno este pasado fin de semana.

Ambos españoles, y vecinos de Terrassa (Barcelona), han sido acusados de matar a un amigo en Tailandia. La historia se repite y las coincidencias entre los dos casos ponen la piel de gallina.

Artur Segarra encontró en el país asiático su escapatoria a una orden de búsqueda y captura en España y, Alcañiz, pisaba tierra tailandesa para quedarse, huyendo de la justicia española, no por haber atropellado mortalmente  a una abuela   en el centro de Terrassa y haber huido, homicidio por el que nunca entró en prisión, sino por su implicación en el caso 'Cocoon', una gran estafa a abuelos de todo el Estado, tal como explica 'El Español '.

Espeluznante vídeo de la detención: lleno de sangre y riendo

Ahora, mientras Artur Segarra cumple cadena perpetua tras confesar la autoría del crimen, consiguiendo así esquivar la pena de muerte, Alcañiz espera entre rejas su juicio, después de conmocionar Tailandia, sobre todo, por el escalofriante vídeo de su detención, que se filtraba a los informativos de todo el país.

En las impactantes imágenes se veía a la policía arrestando al joven de madrugada, sin camiseta y lleno de sangre, pero, como detalle más escalofriante, riendo, con una apariencia feliz ante la cámara que asusta, teniendo en cuenta que habría acabado de matar a cuchilladasun amigo. Además, en un momento dado, Carlos se dirigía a la cámara: «¿Puedo decir algo en el vídeo para la gente?» .

Alcañiz acaparaba portadas de sucesos este pasado 10 de mayo, como en su día Sagarra. Un español vuelve a conmocionar a los tailandeses con un terrible asesinato en pleno paraíso, en la isla de Koh Phangan, uno de los lugares más populares y cautivadores del país por los turistas. Pero, ¿quién es Carlos Alcañiz?

«Hay niños traviesos o revoltosos. Él era malo»

El español acusado de asesinato es nacido y criado en Terrassa. A sus 33 años, vive en Tailandia, en un intento de escapar de los problemas con la justicia española, según explican fuentes cercanas del joven al medio citado. Hijo único, de ojos azules y estatura baja, Alcañiz era popular desde pequeño por sus fechorías, que han aumentado de nivel con el tiempo, parece que hasta convertirlo en un asesino.

«A mí, que me críe con él, no me extraña en absoluto», dice un compañero de la escuela religiosa de Alcañiz. «Era un niño malo. Los hay traviesos y de revoltosos, pero él era malo», añade. El testigo explica cómo le quemó el cabello a una niña de clase que tenía problemas. «Le tiraba diccionarios», recuerda a 'El Español'. Más tarde, a sus 18, se llevaría por delante la vida de una mujer conduciendo a toda velocidad por un paso de cebra.

Después de unos años en Tailandia, Carlos presumía de ser profesor de pádel, de un hotel, de dinero, de clases de artes marciales que nunca antes había practicado y, en especial, de un proyecto humanitario para ayudar a la población necesitada en el que su víctima también estaría implicado. En la red, Alcañiz aseguraba ser «el elegido de Dios para salvar al mundo».

'Los Elegidos', su supuesta ONG

El entorno más cercano de Carlos confirma que el joven estaba haciendo mucho dinero, pero apuntan al narcotráfico como fuente de estos ingresos, delito duramente penado en Tailandia. Uno de estos testigos, de hecho, señala al medio citado que probablemente, a raíz del crimen, la policía tailandesa «descubra más cosas».

El acusado presumía en la red de sus inversiones, como la de 3.000 euros destinados a su ONG, que había llamado 'Los Elegidos', por la que aseguraba también quiso dar su PlayStation 4, sus instrumentos musicales y todo lo que fuera necesario para conseguir comida.

La supuesta ONG sería, precisamente, el punto de conexión entre Carlos y la víctima del crimen,René Patricio Guzmán, un consultor informático de Chile que había escogido vivir cerca de la naturaleza, el surf y su guitarra en Tailandia. René vivía con una chica china, aparentemente su pareja, a pesar de que uno de los testigos de 'El Español' destapa un misterioso triángulo amoroso.

¿Crimen pasional? La extraña relación a tres bandas

«Se podría decir que todos se relacionaban con todos», asegura otra fuente cercana, refiriéndose al presunto asesino, la víctima y la supuesta pareja de él. Las autoridades tailandesas plantean la hipótesis de crimen pasional, a pesar de seguir también otras líneas de investigación, teniendo en cuenta el papel de la droga en el caso. Los tres habían consumido sustancias estupefacientes aquella fatídica noche en la caseta de Koh Phangan.

Según las fuentes policiales, René y su pareja descansaban en su casa, situada en una zona con muy pocos vecinos y mucha vegetación. Carlos se habría colado con un cuchillo de grandes dimensiones para matar a René y habría huido tras cometer el crimen. Pero a pocos kilómetros, la policía lo pillaba y una cámara captaba el impactante momento.

Entre rejas, Carlos espera ser juzgado. El fiscal pide pena de muerte, condena que se impuso también a su paisano, Artur Segarra, aunque finalmente no será ejecutado porque Tailandia permite actualmente a los condenados a muerte firmar una confesión que el rey del país conmuta por la cadena perpetua. Habrá que esperar el veredicto para 'El Elegido', que ha vuelto a dejar todo un país y a España de piedra.