Este lunes, muchos territorios de España pedirán entrar en la Fase 3, salvo Barcelona, Lérida y la Comunidad de Madrid. Después, el 21 de junio, España entrará en la denominada ‘nueva normalidad’ al dejar de estar en Estado de Alarma oficialmente. Pese a ello, esto no significará que hemos vencido al virus, pues hasta que no haya una vacuna perfectamente probada y testada no se volverá a lo que estábamos acostumbrados.
Es por ello que hasta entonces deberemos ir con mucho cuidado, pues los expertos dan por seguro que durante este verano habrá rebrotes de coronavirus, pero entienden que serán controlados y controlables. Lo duro es muy probable que venga en otoño, cuando los expertos también prevén que pueda haber una segunda oleada de contagios, que pueden coincidir con la gripe.
Campaña de vacunación de la gripe antes que la de años anteriores
En estos momentos, en clave de futuro, se piensa en proteger a los sanitarios, el servicio más afectado a nivel físico y psicológico a causa de la pandemia. Es por esto que la máxima prioridad es que los servicios sanitarios puedan obtener el mayor número de vacunas contra la gripe cuanto antes.
Así, Salvador Illa ha pedido a las comunidades autónomas que la campaña contra la gripeempiece antes, a ser posible la primera semana de octubre —el año anterior empezó el 28 de octubre—. Según fuentes ministeriales, Sanidad se ha comprometido a adquirir cuatro millones de vacunas para apoyar a los servicios sanitarios comunitarios si hiciese falta.
«El objetivo es proteger a las personas más vulnerables a la gripe, disminuyendo lo máximo posible su incidencia en estos grupos diana y contribuyendo a reducir el impacto sobre la presión asistencial» indican desde salud pública en referencia a empezar lo antes posible la campaña de vacunación. Esto viene refundado por «la incertidumbre en torno al comportamiento que pueda presentar el SARS-CoV-2».
Como personas vulnerables, la campaña se quiere enfocar de forma prioritaria a mayores de 65 años y a aquellos ciudadanos con condiciones especiales de riesgo, ya que el volumen de contagios de gripe y Covid-19 creciendo de forma paralela puede ser muy peligroso, pues el coronavirus podría afectar de manera mucho más agresiva a pacientes vulnerables con gripe.
El gran reto que quieren conseguir es que para la temporada 2020-21 se pueda alcanzar la vacunación del 75% de mayores de 65 años y del personal sanitario y sociosanitario. También tienen como objetivo que el 60% de las embarazadas y personas con condiciones de riesgo puedan recibir la vacuna de la gripe.
Los objetivos planteados no son fáciles. Pese a estar planteados por la Organización Mundial de la Salud y por la Comisión Europea, desde la salud pública se admite que en años anteriores el porcentaje de vacunación de la gripeha bajado en el personal sanitario y en personas mayores, aportando datos de que tan solo el 31% de estos dos grupos habrían sido vacunados años atrás.
Vacunación recomendada a los trabajadores más expuestos al riesgo de contagio de gripe
Las autoridades sanitarias quieren establecer estrategias con las que se pueda realizar la medición de coberturas en grupos de alto riesgo por situaciones clínicas especiales. Además, se deberá reforzar el compromiso de las organizaciones y sindicatos de personal sanitario, sociedades científicas y colegios profesionales con la vacunación anual de la gripe para que se traslade a sus integrantes la recomendación de dicha vacunación, según ‘La Vanguardia’.
La vacunación será recomendada a todo aquel trabajador que esté en contacto por su labor con la salud, ya sea en hospitales públicos como en centros geriátricos privados. Además, también será recomendada a todos aquellos «menores a partir de seis meses» como también a todas aquellas personas de alto riesgo, como señala la Comisión de Salud Pública.
Otro de los sectores a los que se le instará de ser vacunado es el de servicios públicos esenciales, como agentes de policía, bomberos o miembros de Protección Civil. También se incluye a las personas que trabajan en servicios de emergencias sanitarias, recintos penitenciarios y centros de internamiento.
Las personas que trabajan expuestas de manera directa a animales destinados a la explotación también deberán ser vacunados, así como el personal que trabaje con aves silvestres.
Desde Sanidad han manifestado que: «La finalidad es reducir la oportunidad de una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos virus».