A primera hora de la mañana de este miércoles, 31 de marzo, han tomado posesión de su cargo la nueva incorporación del Gobierno y sus dos miembros que experimentan cambios de rango. Así pues, Ione Belarra ha prometido su cargo como ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030; mientras que Nadia Calviño ha tomado posesión de la vicepresidencia segunda —hasta ahora en manos de Pablo Iglesias— y Yolanda Díaz, de la vicepresidencia tercera, de la que hasta hoy era titular Nadia Calviño.
Un cambio 'light', pero donde Sánchez gana en comodidad
Aunque se habían producido algunos rumores al respecto, Pedro Sánchez ha descartado aprovechar la reforma de su gabinete para cesar a otros ministros e incorporar nuevos nombres. Esta es la segunda remodelación del Gobierno de coalición, después de que a finales de enero, Salvador Illa abandonara el ministerio de Sanidad para ser el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat y le sustituyera Carolina Darias, a su turna reemplazada en Política Territorial y Función Pública por Miquel Iceta.
Sin representar un cambio importante en la estructura del Gobierno de España, los cambios introducidos esta semana permiten a Pedro Sánchez estar suficientemente satisfecho. El presidente del Gobierno se va de vacaciones de Semana Santa con un ejecutivo con el cual no hay duda de que trabajará de forma más cómoda y con el que el PSOE y el mismo Sánchez ganarán peso. La decisión de Pablo Iglesias, anunciada el pasado 15 de marzo, de abandonar la vicepresidencia segunda del Gobierno por sorpresa, abrió la posibilidad de llevar a cabo la remodelación del ejecutivo, que ha acabado teniendo una configuración más cómoda para Sánchez y el PSOE.
Iglesias fuera y la «dialogante» Díaz como vicepresidenta
Pero, ¿por qué podemos afirmar que Pedro Sánchez sale ganando con el 'nuevo' Gobierno resultante de la remodelación que se ha completado en las últimas horas? Son varios los factores que inducen a ello: el primero y más diáfano, el adiós de Pablo Iglesias. El líder de Unidas Podemos es, sin duda alguna, el más beligerante defensor de las posiciones de su partido, algo que no deja de ser lógico, con lo cual el hecho de que abandone el Gobierno puede facilitar el entendimiento entre las dos facciones del ejecutivo —PSOE y Unidas Podemos.
En múltiples ocasiones, compañeros y rivales de Pablo Iglesias han relatado sin tapujos cómo el líder de Unidas Podemos es un hombre de convicciones muy firmes que suele defender con vehemencia en negociaciones políticas o en foros como el Consejo de Ministros. Su abandono puede, pues, facilitar la comunión entre los 23 miembros del ejecutivo. El mismo Iglesias lo reconocía este miércoles, 31 de marzo, en su primera entrevista como exvicepresidente segundo del Gobierno, en la Cadena SER: «Yolanda Díaz, Ione Belarra e Irene Montero tienen formas más amables que las mías, pero igual alguno me echa de menos en las negociaciones», confesaba.
Otro de los factores que puede reforzar a Pedro Sánchez respecto a la composición anterior de su gobierno es el 'ascenso' de Yolanda Díaz, titular de Trabajo y Economía Social, al rango de vicepresidenta —concretamente, la tercera. Además de las «formas más amables» que le reconocía Iglesias, la nueva vicepresidenta tiene fama de dialogante. De hecho, en su primer año en el ministerio, se ha ganado el apodo de «ministra consenso», por su persistencia en este concepto en las múltiples reuniones que ha tenido que llevar a cabo con todos los agentes sociales de nuestro país.
Díaz lleva a sus espaldas una larga carrera política en varios ámbitos y esta experiencia le ha brindado un aprendizaje clave: en política hay que saber lidiar con cualquier situación y la negociación, la empatía y el consenso son elementos clave para el éxito de cualquier objetivo. Yolanda Díaz lo tiene clarísimo desde que, entre 2007 y 2009, fue teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Ferrol (A Coruña), como representante de Esquerda Unida, en un tripartito con el PSOE y el BNG; o desde que fue la mano derecha de Xosé Manuel Beiras en el Parlamento gallego tras un acuerdo entre Anova y su partido. El perfil de Díaz como líder de Unidas Podemos en el Gobierno en el lugar de Iglesias va a suavizar las relaciones entre socios y permite a Sánchez dormir más tranquilo.
Finalmente, también contribuye a que Sánchez salga ganando el hecho de que Nadia Calviño salga ligeramente reforzada como 'número 3' del Gobierno, tan solo tras el propio presidente y Carmen Calvo. De esta forma, el criterio de Calviño —clave en las medidas de recuperación económica que puedan tomarse en los próximos meses y en la gestión de los fondos de recuperación europeos— gana peso y se sitúa por encima, en rango, al de Unidas Podemos. El 'nuevo' Gobierno, pues, genera para Sánchez una posición más cómoda e invita al ejecutivo a mejorar sus mecanismos internos de entendimiento.