Sábado por la noche, Asociación de Vecinos Fleming de Coslada. Una camarilla de jóvenes vestidos de negro atacan las ventanas e intentan arrancar la puerta del local, con miembros dentro. Todo apunta a que son de Bastión Frontal, un grupo de radicales de derecha que tienen al barrio atemorizado y que ayer quisieron dar la bienvenida a Pablo Iglesias. A su manera.
El líder de Podemos y su número dos en las listas, Isa Serra, fueron increpados durante un acto electoral por unos jóvenes con el brazo en alto y al grito de «Fuera la casta de nuestros barrios». Los autores del escrache llevaban una estética ultra, y uno de ellos vestía una camiseta de «San Blas Crew», otro grupo neonazi de Madrid.
Bastión Frontal es un colectivo creado hace poco y que cuenta entre sus filas con Isabel Peralta Medina. Con solo 18 años, su rostro se hizo conocido hace poco por pronunciar un discurso contra los judíos en un acto de homenaje a la División Azul en el cementerio de la Almudena de Madrid.
Con la camiseta azul de la Falange, la joven arengó a los 300 asistentes al acto, y sus palabras muestran claramente la ideología de estos grupos: «El enemigo siempre va a ser el mismo, aunque con diferentes máscaras: el judío. Porque nada más certero que esta afirmación. El judío es el culpable, y la División Azul luchó por ello».
La musa de los neonazis madrileños compagina su cargo en la Sección Femenina de la Falange con la militancia en Bastión Frontal. Creado en mayo de 2020, ese colectivo congrega a un centenar de jóvenes entre 15 y 25 años, y en menos de un año ya han extendido sus tentáculos hasta Extremadura y Sevilla.
Se trata de una nueva generación de jóvenes vinculados con la extrema derecha aficionados a las artes marciales y el boxeo, y habituales de las manifestaciones de colectivos a la derecha de VOX. Mantienen una estrecha relación con los ultras del fútbol como Ultras Sur y Frente Atlético, y están hermanados con San Blas Crew, otro grupo con el que hicieron una cacería de inmigrantes en octubre.
Isabel Peralta, que actualmente está siendo investigada por la Fiscalía, aseguró en su momento que son «unos niños completamente normales, activos, que se arriesgan». Como ella, muchos proceden de las juventudes de la Falange España. También de Hogar Social, el colectivo conocido por okupar casas y edificios públicos de Madrid. La diferencia es que Bastión Frontal no aspira a participar en política, y es solamente un grupo de acción.
El escrache a Pablo Iglesias
Como herramienta de agitación en las calles, Bastión Frontal quiso recibir a los líderes de Podemos en Madrid durante un acto electoral en Coslada. Este es uno de sus feudos, y los vecinos aseguran que tienen a todo el barrio atemorizado. Ayer actuaron como suelen hacerlo, vestidos de negro y sin símbolos identificativos.
Pablo Iglesias estaba visitando la Asociación de Vecinos Fleming de Coslada, la misma que había sido atacada por los neonazis el sábado. Los ultras le recibieron con gritos contra la casta: «izquierdas, derechas, sois la misma mierda». En un momento dado, Iglesias se acercó a ellos y les dijo unas palabras ininteligibles y que por ahora se desconocen.
Pablo Iglesias, que iba con escolta, se ha retirado sin mayores incidentes y la Policía Nacional los ha desalojadomientras se encaraban con los vecinos. Las personas que sufren su violencia a diario confirman que son un grupo muy activo en el barrio y temen que puedan volver los próximos días, en una escalada de violencia.
Pablo Iglesias responde con una canción
Después del incidente, el líder de Podemos quiso responder colgando en su cuenta de Twitter una canción del grupo sevillano Reincidentes. «Son pocos, son bobos, pero organizados. Si no estamos al loro, ya te la han liado», dice la letra de la canción, que denuncia a los grupos ultra que defienden el racismo y el machismo.
La canción recuerda la necesidad de combatir al fascismo para evitar que vuelva: «Es importante machacar sin compasión, porque quien da primero, da mejor. ¡Nazis nunca, nunca más!». «Convienen al poderoso, son para despistar, para no protestar y para asustar», prosigue, y llama a «pararle los pies a esos gilipollas».