Una enfermera extrae la vacuna contra el coronavirus de Pfizer en una jeringa el lunes 14 de diciembre de 2020 en el Integris Baptist Medical Center en la ciudad de Oklahoma

Los dos cambios que han notado mujeres que se acaban de poner alguna de las vacunas

Aún no se han catalogado como efectos secundarios, pero se están estudiando

Las vacunas contra el coronavirus son, desde hace unos meses, las protagonistas de la actualidad en todo el mundo. A menudo hablamos también de los efectos secundarios que tienen estos antídotos para aquellos que se los inoculan, la inmensa mayoría de la población. La inmunización contra el COVID-19 es una prioridad para todo el mundo y es en este contexto en el que debemos entender el volumen informativo con el que cuentan las vacunas.

Los expertos han hecho importantes esfuerzos en todo el planeta para explicar los beneficios de la vacunación y restar importancia a los posibles efectos secundarios. Las ventajas de inmunizarse contra el coronavirus permiten pensar en un futuro mejor a medio plazo, abandonando progresivamente las medidas preventivas. Sin embargo, tampoco debemos esconder que las vacunas pueden acarrear efectos, aunque muy mayoritariamente sean leves y pasajeros.

Dos cambios que notan algunas mujeres y que se estudian como posibles efectos secundarios

Entre las reacciones a las vacunas hay varias: dolor de cabeza, fiebre y malestar pueden ser efectos de la vacunación por algunas horas. Pero hay otros efectos no tan comunes que la comunidad científica estudia para determinar si hay que catalogarlos como efectos secundarios o si no podemos etiquetarlos como tales. Entre ellos se encuentran algunos que han notado mujeres tras vacunarse y que este martes, 20 de julio, relata el diario El Mundo.

Nos referimos, de entrada, a variaciones en la menstruación. Algunas mujeres han detectado reacciones como sangrados algo más abundantes de lo habitual o incluso pequeños retrasos en la regla. Además, otra reacción detectada por otro grupo de mujeres son cambios en las mamas.

En los dos casos, estas circunstancias hay quien las define como efectos secundarios, aunque la ciencia las está estudiando y es pronto para colgarles o no esta etiqueta. En países como los Estados Unidos y el Reino Unido ya se está investigando al respecto. En España, la Universidad de Granada también estudia, mediante un grupo específico de investigación, cuál es el impacto del covid-19 en la menstruación.

En un estudio previo a la investigación española, una matrona pudo determinar que el 51 % de sus pacientes reportaban algún tipo de disfunción menstrual tras la vacuna. Después de estos datos, la Universidad de Granada ya está manos a la obra con un grupo de 120 mujeres al que estudiarán durante un año tras ponerse la vacuna.

Según El Mundo, en este estudio van a observarse la duración de los ciclos menstruales, sus patrones de sangrado y otros aspectos. La voluntad es determinar si puede considerarse que hay un parecido entre los casos detectados y si pueden atribuirse a una reacción a la vacuna. Por ahora, no puede decirse que la vacuna cause estos efectos, aunque tampoco se puede afirmar lo contrario.

El otro gran cambio que han notado algunas mujeres se experimenta en las mamas. Algunas de las mujeres recientemente vacunadas han notado un ligero crecimiento del tamaño de sus senos después de que se les inyecte la vacuna. Se estudia también si esta hinchazón puede producirse por una inflamación de los ganglios, que repercuta directamente en el crecimiento del tamaño de los pechos.

Sea como sea, tanto las alteraciones en la menstruación como los cambios en las mamas parecen consecuencias leves de la vacuna. En este sentido, la comunidad científica subraya que no debe alarmarse a las mujeres por estos efectos, ya que en ambos casos, pasados unos días se vuelve a la normalidad.

En cualquier caso, la ciencia ya está manos a la obra con esta cuestión. Como en tantos otros indicios en relación al coronavirus, con el paso del tiempo iremos conociendo más respuestas.