Es una decisión que anualmente suscita opiniones sobre su necesidad, pero lo cierto es que a día de hoy se sigue cambiando la hora en los relojes para, en este caso, adelantarla de las 02:00 a las 03:00 horas, según informa el Instituto Geográfico Nacional (IGN). El cambio de hora supone dormir una hora menos, aquella que dieron en el mes de octubre, y sobre todo es señal inequívoca de la llegada del verano.
Los días se alargan cada vez más y anochece más tarde, atrás quedarán esas jornadas vespertinas que comienzan a las 17:30 horas y las noches eternas a las seis de la tarde. De por sí la sociedad española es diurna y gusta del sol —con algunos límites—, tanto que en nuestras casas empleamos el uso de persianas y cortinas para protegernos del astro, cosa que no ocurre en otros territorios europeos, donde se aprovecha cada rayo solar.
El cambio se producirá la madrugada del sábado 27 al domingo 28 de marzo, un día que tendrá 23 horas, como si de por sí el fin de semana no fuera lo suficientemente corto. En este discurso cada año salta la polémica, no tanto por esta hora que se recupera, sino por el atraso de la que se pierde, que es la que lleva a la ciudadanía a convivir la mayor parte de su tiempo libre con la noche.
El motivo del cambio de hora
Existe una razón por la cual cada año tengamos que renunciar a los horarios más habituales, y es la contribución al ahorro energético al aprovechar durante más tiempo las horas de luz solar en los horarios de trabajo. De esta forma, según promueve la iniciativa, se consigue reducir el gasto eléctrico, ya el amanecer se produce más tarde, y la tarde se alarga de la misma forma.
Si bien en un primer momento, esta medida se realizaba en todos los países de la Unión Europea, el organismo gubernamental ha solicitado a través del Parlamento Europeo que todos los territorios miembros pongan fin a este cambio. La fecha límite para mantener el horario sería este año 2021, y para entonces la decisión quedará extraditada a cada gobierno, por lo que la decisión será estatal.
El debate para llevar a cabo este cambio o no, ha estado sujeto a mucha teorización, ya que en un primer momento se demostraba el ahorro energético, pero otras voces hablan de que realmente permite también ajustar la tarifas de electricidad a determinadas compañías, para seguir incidiendo en las horas post-trabajo.
La derogación de la medida se aprobó con 410 votos a favor, y 197 en contra con un total de 51 abstenciones. Fue una propuesta realizada por la Comisión Europea por una consulta realizada en 2018. Este tipo de medida venía respaldada por el expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
"Millones de ciudadanos han dicho que ya no quieren seguir cambiando los relojes. La CE hará lo que piden", comentó Juncker a través del perfil de Twitter de una de sus portavoces, Mina Andreeva.
El caso de España
Aquí se creó un comité de expertos para la evaluación del impacto que tendría para España suprimir el horario. En 2019, un informe de la comisión designada para este cometido detalló que el debate entre todas las partes que formaban el grupo, no había determinado una conclusión «unánime ni concluyente».
El plazo para suprimir los cambios de hora que ha establecido el órgano europeo se prolongará hasta el 1 de abril de 2021. Con motivo de tener una respuesta que sea consecuente a la decisión que se tomará, el Gobierno ha decidido mantener el cambio estacional hasta la fecha y juntar «argumentación suficiente consolidada y compartida que nos haga optar por una de las vías"