Esteban López es español, tiene 28 años, y su familia lo busca desesperadamente desde hace dos semanas. El joven tenía planeado volver a España después de tres años viviendo en Argentina, pero no lo hizo y le han perdido el rastro. Su entorno tiene una sospecha. Creen saber dónde está, y temen que le haya sucedido algo.
Su historia comienza hace tres años. Esteban era actor y trabajaba de limpiacristales en Madrid. En 2018 conoció a una chica por internet, y decidió irse a vivir con ella a Argentina. Allí se casaron, y a partir de entonces todo empezó a cambiar.
La familia sospecha que la mujer le lavó el cerebro a Esteban, que sufrió un cambio radical en la conducta. Su tía, María Jesús Pulido, cuenta que «pasó de ser ateo a creer de la noche a la mañana, le encantaba la consola y de pronto pasó a ser un pecado, vendió el coche y el teléfono». La mujer cree que Esteban cayó en manos de una secta religiosa.
De ahí sus sospechas: «Si está con vida, lo tienen encerrado, y puede estar en una habitación porque ya le tuvieron aislado antes». La familia de Esteban ha pedido a sus amigos en Argentina que intenten localizarlo, pero dos semanas después de su desaparición siguen sin una sola pista de su paradero.
La familia ha decidido hacer público el caso por si alguien puede ayudar a encontrarlo. Su tía ha intervenido en el programa «Espejo Público», donde ha denunciado las condiciones en que vivía, en una finca rural sin baño y sin muebles, con lo básico. Durante el programa, María Jesús ha recibido un mensaje en el que aseguran que le han visto por la calle, «y que le ofrecen comida pero no quiere comer».
Un mensaje esperanzador, pero al que de momento no dan mucha credibilidad. El caso ya está en manos de la policía argentina, que ha respondido a la petición de la familia de Esteban para que investiguen el caso. La esposa del joven desaparecido, por su lado, asegura que se han separado y que no sabe nada de él.
La principal sospecha de María Jesús es que la secta ha secuestrado a Esteban y no le dejan marchar, aunque él tenía pensado regresar a España: «Hace un año y medio le dieron un tiro, y luego le hicieron un ritual dejándole medio muerto y recuperándose para hacerle creer en el dios que ellos quieren».
Patricia Aguilar en el recuerdo
El caso de Esteban se parece mucho al de Patricia Aguilar, la joven española que en 2015 abandonó su casa en Elche, Alicante, para seguir al gurú de una secta en Perú. Patricia era entonces una adolescente traumatizada por la muerte de su tío, y por unas pesadillas que no le dejaban dormir. Buscó ayuda en fotos de internet, y así fue como contactó con el jefe espiritual Félix Steven Manrique.
Féliz le lavó el cerebro y la convenció de que, cuando cumpliera 18 años, tenía que viajar a Perú para unirse a su grupo. En enero de 2017 cumplió la mayoría de edad y abandonó la casa de sus padres con 6.000 euros, un teléfono móvil y dos maletas. Cuando llegó a Perú, empezó el infierno.
El supuesto gurú tenía un harén de mujeres a las que maltrataba y explotaba sexualmente. Incluso había tenido cinco hijos con ellas. A Patricia le esperaba la misma suerte, y poco después se quedó embarazada. Un año y medio después de búsqueda incansable, la policía la encontró enmedio de la selva, en un lugar sin agua corriente ni electricidad.
Inicialmente, Patricia defendió a su captor por miedo a que le hiciera daño a su familia. Finalmente lo contó todo, y pudo volver con su familia. Un tiempo después escribió un libro contando su experiencia: «Me llamo Patricia Aguilar, tengo 19 años, y dicen que he estado metida en una secta». Féliz Steven Manrique fue condenado a 20 años de cárcel.