Han pasado ya cuatro meses desde que Tomás Gimeno secuestró y mató a sus hijas Anna y Olivia. Las niñas permanecen aún en el recuerdo de la sociedad española, que contuvo la respiración durante días. Ahora, su tragedia podría repetirse con dos menores más.
SOS Desaparecidos ha lanzado una petición desesperada para ayudar a encontrar a Kristian y Amantia. Se trata de dos hermanos de 10 y 11 años desaparecidos en Alemania el pasado mes de enero. Sospechan que su padre se los llevó a Tenerife sin el consentimiento de su madre.
Kristian y Amantia Toska residen en Alemania, pero el 17 de enero su padre se los llevó y desde entonces no hay rastro de ellos. Su padre también se encuentra en paradero desconocido. Justo como sucedió el 27 de abril en Tenerife, con Tomás y sus dos hijas.
Tomás se llevó a las pequeñas durante un permiso que tenía acordado con su ex pareja, Beatriz. El padre de Kristian y Amantia también aprovechó un permiso dentro del régimen de visitas. Curiosamente, el destino de los dos progenitores parece ser el mismo, Tenerife.
Los investigadores que intentan seguir el rastro del padre secuestrador de Alemania creen que está en la isla. Tienen pruebas de que el hombre ha estado allí con los niños. El caso se está investigando como una sustracción parental, y está en búsqueda y captura.
Dos casos muy parecidos
Según publica El Cierre Digital, la madre ostenta la custodia de los niños desde que se separó de su marido en 2013. Existen denuncias previas por violencia de género contra el padre. La mujer se encontraría en una situación de extrema vulnerabilidad.
Las mismas fuentes apuntan que el hombre la amenazó con llevarse a sus hijos en varias ocasiones. También dijo que la asesinaría a ella y a sus hijos si la denunciaba. Hay una denuncia contra él por falsificar la firma de la madre e intentar salir del país con los niños.
SOS Desaparecidos teme que el padre haya cometido una locura, como lo hizo Tomás. Piden la colaboración ciudadana para encontrar a Kristian y a Amantia. Él tiene 11 años, el pelo castaño y gafas graduadas. Ella, de 10 años, tiene el pelo largo y rizado, castaño.
Tomás Gimeno cumplió sus amenazas y asesinó a las niñas en su casa. Luego las escondió y las lastró al mar dentro de una bolsa. El cuerpo de la mayor, Olivia, apareció semanas después a más de mil metros de profundidad.
El cuerpo de Tomás Gimeno nunca apareció, aunque se dio por válida la hipótesis del suicidio. Los antecedentes de malos tratos y las amenazas reiteradas hacen temer lo peor en este nuevo caso. La barbarie cometida por Tomás podría repetirse ahora.
Si alguien tiene información sobre el paradero de las criaturas, puede dirigirse a la propia asociación SOS Desaparecidos. Hay dos números de teléfono, el 642 650 775 y el 649 952 957. El correo electrónico es el [email protected].
El drama de la violencia vicaria
El caso de Anna y Olivia puso de manifiesto la gran crueldad de la violencia vicaria en nuestro país. Cada año se registran en España unos 200 casos de sustracción parental. La mayoría de ellos se resuelven en una media de seis meses.
Durante este tiempo, las familias viven un auténtico calvario que en muchas ocasiones se prolonga incluso durante años. Junto al caso de Kristian y Amantia está también el de Stephanie y Leonardo Centeno, de seis y cinco años, desaparecidos el 29 de enero en Estepona (Málaga).
En este caso, su padre Heriberto tiene la custodia y fue su madre la que se los llevó a Rusia. El progenitor ha pedido que vuelvan a casa sanos y salvos, pero denuncia la lentitud de la justicia. Al parecer los niños están bien con su madre, pero sigue la incertidumbre.