El volcán de Cumbrevieja hace ya más de una semana que ha alterado por completo la vida de los habitantes de La Palma. Hasta 6.000 personas han visto como han tenido que ser desalojadas de sus casas y más de 400 edificaciones se han visto afectadas por la lava. Pero tras muchos días de sufrimiento, algunos de los afectados respiran aliviados al saber que van a poder volver a casa.
Se trata de las últimas personas que fueron evacuadas el pasado viernes. Ese día, de manera precipitada, tuvieron que abandonar sus viviendas los habitantes de la zona no evacuada de Tacande de Arriba, así como las de Tacande de Abajo y Tajuya. Eran unas 160 personas que corrían peligro por un posible derrumbe parcial o total del cono principal del volcán.
Por suerte, para ellos parece que la situación ha mejorado en las últimas horas. Ha sido El director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, el que confirmaba la buena noticia. "El fenómeno que provocó la evacuación preventiva se ha estabilizado", añadía la directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN), María José Blanco.
La mayoría de estas personas se encontraban actualmente en casas de familiares y amigos. Solo 12 tuvieron que ser trasladadas a un hotel en Fuencaliente. Otras 10, con problemas de movilidad, fueron llevadas s al acuartelamiento El Fuerte (Breña Baja).
Todo sucedió cuando eran cerca de la una del mediodía. En ese momento se empezó a notar una señal sísmica que no se había visto ni con la rotura del cono principal de la erupción de Cumbre Vieja.
En un principio se decidió que estas poblaciones quedaran confinadas pero finalmente se llegó a la conclusión de que no era suficiente. "Era una solución consistente en estar dentro de las viviendas, con las ventanas cerradas y las puertas cerradas y protegidas ante las posibles roturas de los cristales", afirmaba Blanco.
La directora del IGN daba detalles sobre los peligros a los que se enfrentaba la población. "Los peligros a los que se enfrentaría la población si se produjera un derrumbe del cono volcánico, serían las coladas de lava de alta temperatura y contenido de gases, poco viscosas y pueden saltar obstáculos topográficos", señalaba.
Disminuye la presión del magma según comenta Involcan
Este domingo por la tarde el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan) confirmaba que habían detectado una disminución de la presión del magma. "La deformación registrada por la Red Geodésica Canaria en las últimas 24 h muestra un proceso de deflación, que indicaría una disminución de la presión en el sistema magmático de Cumbre Vieja", explicaban en su cuenta de Twitter.
Los expertos confirmaban una cierta estabilización de la erupción, aunque no esto no tiene porqué implicar que el final esté cerca. "Eso no implica que la erupción se esté acercando a su finalización, se necesitarán más datos y diferentes parámetros para hacer previsiones correctas sobre la evolución a medio plazo de la actividad eruptiva", afirmaban.
Los últimos datos sobre la erupción del volcán
Morcuende y Blanco también han dado algunos detalles de cuál es la evolución actual de la erupción. Ahora mismo existen dos coladas, una de ellas la que recorre a unos 30 metros por hora la zona sur. La otra se encuentra al norte y va de manera fluida por el cauce anterior.
Confirman que es una lava que viene de zonas interiores. "Debido a su composición, se vuelve más viscosa y sufre frenazos o disminución de velocidad", afirman.
Blanco, por su lado, ha confirmado que actualmente existen "varios centros de emisión". También explicaba que el cono puede tener varias fases de construcción y reconstrucción. "Desaparece la parte superior en diferentes episodios, ya hemos tenido dos y no se descarta que vuelva a ocurrir", afirmaba.