La puesta en marcha del ingreso mínimo vital sigue trayendo cola. El Ejecutivo parece no ponerse de acuerdo sobre cuándo se aprobará esta medida prometida tras la formación del Gobierno de coalición entre Unidas Podemos y PSOE.
El vicepresidente de Asuntos Sociales, Pablo Iglesias, y el titular de Seguridad Social, José Luis Escrivá han tenido varias discrepancias en cuanto a los plazos de aprobación.
Primero, el ministro socialista rechazó la propuesta de Iglesias de aprobar un ingreso mínimo puente de carácter urgente, señalando que la medida se aprobaría cuánto antes pero sería definitiva.
Después, el líder del partido morado anunció que la redacción del decreto estaba casi completada y su aprobación sería anunciada de forma inminente en una rueda de prensa que se celebraría hoy. Una declaración que el ministro de Seguridad Social ha rechazado al admitir que aún hay «flecos pendientes».
Ahora sí, Iglesias ha coincidido con el titular socialista reconociendo que la medida aún no será anunciada porque hay que «terminar de definir todos los detalles». Sin embargo, el Ejecutivo ha avanzado las personas que se podrán beneficiar de esta renta.
Beneficiarios de la ayuda
Según ha anunciado Escrivá el nuevo ingreso podría beneficiar a tres millones de personas y a un millón de hogares en toda España. Del millón de hogares beneficiados, la mitad tendrán menores y el 10% serán monoparentales.
La especial protección de las familias monoparentales se debe a que «el porcentaje más alto de riesgo de pobreza y/o exclusión social corresponde al tipo de hogar formado por 1 adulto con 1 o más hijos dependientes», según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta cifra supondría un aumento de un 47% en el número de hogares que actualmente ya reciben una prestación de este tipo a nivel autonómico. Además, supondrá que el 5,3% de los hogares españoles sean beneficiarios de esta renta mínima.
La renta mínima vital es una ayuda muy esperada por los colectivos más vulnerables de nuestro país, que están en riesgo de exclusión por no tener garantizado un ingreso para subsistir.
La necesidad de esta ayuda ya era latente antes del coronavirus, pero ahora se ha incrementado a raíz del confinamiento. Estas familias principalmente sobreviven por la solidaridad comunitaria y los pequeños trabajos en negro que no pueden seguir realizando durante este período.