El coronavirus no entiende distinciones. Es una de las premisas más importantes que expertos de todo el mundo se han encargado de repetir una y otra vez para concienciar a la ciudadanía sobre el alcance del patógeno. Una de estas historias trágicas que cuesta relatar tiene como protagonista a una niña de apenas 9 días que se encuentra ingresada en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo.
Nacida el día 26 de enero en la ciudad pontevedresa se trata de la paciente más pequeña ingresada por Covid en un hospital gallego. Si bien por el momento no se ha emitido ningún comunicado, si se conoce que su estado no es de gravedad y tiene una evolución favorable, de hecho el personal sanitario que trabaja en el centro ha pronosticado que si todo continúa bajo la misma hoja de ruta, en pocos días recibirá el alta.
El caso trae su cola, ya que, previo al ingreso de un futuro nacimiento, la madre se somete a una prueba de PCR para descartar su contagio de coronavirus. En este caso, la madre de Maia Caetana tuvo como resultado un resultado negativo del test.
El positivo de la recién nacida
Tras recibir los cuidados oportunos que ocupa cualquier bienvenido al mundo, el bebé recibió el alta y la familia pudo regresar a su domicilio en el municipio de O Rosal. En un primer momento todo transcurrió con normalidad, pero los mayores de la casa empezaron a tener sintomatologías vinculadas con el Covid. Tos, fatiga y un cansancio que no era habitual se apoderaron del núcleo familiar.
Al día siguiente, la infante comenzó a tener fiebre, no mucha, por lo que cuando toda la familia se acercó a un centro de salud para consultar el estado de la pequeña, la respuesta sanitaria no resultó preocupante, de hecho se le quitó hierro al asunto. En ese momento la preocupación de los progenitores ya era plausible, que con los indicios que veían en casa, no dejaban de preguntarse cuál había podido ser el origen del contagio. Lo que tenían claro es que a partir de ese momento iban a limitar los contactos al máximo.
Unas horas más tarde la condición de Maia empeoró, su fiebre subió hasta los 39 grados y sus padres decidieron acercarla de nuevo al hospital Álvaro Cunqueiro donde había recibido la vida. En ningún momento se esperaban que la pequeña pudiera haberse contagiado por el patógeno que se extiende por gran parte de la ciudadanía, más aún teniendo en cuenta la juventud de la niña.
La madre, que también tuvo un resultado positivo en el momento de la consulta, fue la piedra angular para que se realizaran los tests pertinentes a la totalidad de la familia. Primero el padre y luego los abuelos paternos, al final se terminó por confirmar la peor de las sospechas, y es que todos los convivientes estaban infectados por coronavirus.
El origen de la cepa
Con la situación crítica que se vive en la mayoría de territorios de España, los expertos analizan el origen del patógeno, ya que cada vez se extiende con mayor agresividad la cepa británica por el territorio español. Si bien por el carácter de la historia se podía esperar lo peor, por el momento todos los miembros se encuentran fuera de peligro.
Maia Caetana, a sus nueve días presenta un poco de fiebre y diarrea, al igual que su madre, pero pronto esperan recibir el alta hospitalaria. Por el momento, con motivo de prevención se encuentran ingresadas en el hospital Álvaro Cunqueiro, mientras que el resto de miembros de la familia siguen en su domicilio.