La crisis del coronavirus está conllevando problemas económicos a millones de familias en todo el mundo.
Los países latinoamericanos están sufriendo como pocos el impacto de la crisis, puesto que millones de familias viven en la completa pobreza y tienen la obligación de ir a trabajar para ganarse el plato de comida del día.
Según los datos de La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se estima que el número de pobres en la región suba de 185 a 220 millones de personas, mientras que las personas en pobreza extrema podrían aumentar de 67,4 a 90 millones.
En la mayoría de estos países en vías de desarrollo la cobertura de las ayudas económicas del estado no existen como sucede en los países europeos y la población tiene que recurrir a la solidaridad de sus vecinos.
En diferentes barrios de Bogotá Medellín, México y Panamá se puede ver cómo ondean centenares de bandera rojas en los balcones.
Estas banderas no son ninguna reivindicación ideológica y política, son un grito de socorro y simbolizan el hambre que están pasando esas personas que permanecen confinadas sin poder trabajar para poder sobrevivir.
Banderas rojas en Asturias
Por desgracia en España ya estamos empezando a ver alguna de estas banderas en los balcones. Familias que están pasando hambre y optaron por mostrar este símbolo en busca de la solidaridad de sus vecinos.
Según una información de 'Info Asturies' ya se han visto banderas rojas en distintos barrios populares de Oviedo, Gijón y Molleda de Aller. La autora de la noticia y fundadora del medio digital, Llucia Fernández Marqués, ha relatado cómo ella misma fue a preguntar a una de esas casas.
«Fui a hacer la compra y vi una bandera roja en una ventana de un edificio de mi barrio en Gijón, La Calzada. Al principio pensé «¡anda mira, un comunista!», pero decidí llamar a la puerta y preguntar» relata la periodista.
Sin embargo, se llevó una sorprendente respuesta al encontrarse con una familia latinoamericana que estaba pasando hambre y decidió exportar a nuestro país este símbolo que ya es habitual en Latinoamérica desde que estalló la pandemia y el confinamiento.
Situación en España
La situación laboral de nuestro país es tremendamente complicada. En el mes de marzo se ha batido el récord histórico de destrucción de empleo con más de 350.000 nuevos parados, y en estos momentos casi dos millones de personas han sido afectadas por los expedientes de regulación de empleo.
Detrás de estas cifras se encuentran principalmente los trabajadores más vulnerables, aquellos que dependen de la temporalidad para trabajar y que desarrollan actividades de baja cualificación en condiciones precarias.
El 75% de los empleados afectados son trabajadores temporales que en muchos casos no tienen paro, por lo que el Gobierno ha aprobado subsidios extraordinarios para estos colectivos y para las empleadas del hogar.
Sin embargo, aún hay muchas familias en nuestro país que no tienen ningún ingreso económico y sobreviven a base de ayudas de la población o pequeños trabajos en negro.
Estas familias aún se encuentran a la espera de la aprobación de la renta mínima vital que les garantizará un ingreso mensual para subsistir, una ayuda que tras varios debates parece que llegará de forma inminente, tal y como reconoció el vicepresidente de Derechos Sociales Pablo Iglesias.