La financiación de los partidos se ha convertido en uno de los temas más incómodos para las formaciones políticas en España. Quizás por eso ha suscitado tanto interés la siguiente noticia: el Banco Santander concedió cuatro préstamos con dotaciones millonarias a Ciudadanos para financiar las sucesivas campañas electorales del año pasado.
La compañía que preside Ana Botín, bajo la marca Banco Popular, concedió a la formación entonces liderada por Albert Rivera varias cantidades millonarias que en cambio negó a PSOE y PP, que tuvieron que recurrir a otras entidades de crédito.
El Banco Santander concedió el primer crédito a Ciudadanos, por valor de un millón de euros, para sufragar los gastos de las elecciones del 28 de abril. Fue un éxito rotundo, porque la formación naranja logró los mejores resultados de su historia, con 4,1 millones de votos y 57 escaños. Esto animó a la entidad a seguir financiando este partido.
Días después, el partido recibió dos créditos por valor de 1,8 y 1,05 millones de euros para las elecciones municipales y autonómicas, por un lado, y europeas, por otro. Hubo un cuarto préstamo, valorado en 900.000 euros, para las elecciones de noviembre, en las que el partido de Albert Rivera se hundió hasta los 1,6 millones de votos y 10 diputados.
Los créditos se concedieron con un 3,75% de intereses tras haber sido sometido Ciudadanos a un análisis de riesgo en el que se evaluó la situación financiera y las expectativas electorales. Aunque el Banco Popular había sido históricamente la fuente de financiación del bipartidismo, en esta ocasión PSOE y PP quedaron fuera de los préstamos.
Según fuentes financieras, el motivo es la deuda que acumulan con los bancos. A fecha de 31 de diciembre, el PSOE acumula más de 46 millones de euros en deudas con entidades financieras a corto y a largo plazo, con una cifra por encima de los 40 millones con los que cerraron 2018. En cuanto al PP, la deuda pasó de 25 a más de 37 millones en un año.
Créditos públicos para PSOE y PP
Sin el apoyo del Santander, los dos grandes partidos recurrieron al ICO, que facilitó seis líneas de préstamos rápidos con los que Sánchez y Casado pagaron sus mítines, desplazamientos y encuentros con afiliados por toda España. El organismo, perteneciente a la vicepresidencia económica, prestó 20 millones de euros, 10 a cada uno.
Pero Ciudadanos también se acabó beneficiando de esta línea de créditos: recibió dos, uno de 2,3 millones y otro de 5,2 para las elecciones de abril y noviembre. Pero el ICO exigió en este caso un interés mayor, ya que al PSOE le pidió un 2,75% y a Ciudadanos un 4%.
El ICO prestó al PSOE 10,3 millones de euros, una cifra que supone el 90% de los créditos que los socialistas consiguieron para financiar su campaña. El principal préstamo, de 4,3 millones, se concedió el 21 de junio, en plenas negociaciones con Unidas Podemos para formar gobierno, y el segundo se aprobó el mismo días por valor de 5,5 millones.
En noviembre, a menos de una semana para las elecciones, se concedió un tercer préstamos a los socialistas por valor de 2,5 millones de euros. Esto contrasta con la financiación privada: la aportación de los bancos al PSOE fue de apenas 2,5 millones, a lo que hay que sumar otros 6 en microcréditos.
En cuanto al PP, negoció tres préstamos con el ICO por valor de 4,9, 4 y 4,7 millones de euros. También obtuvo préstamos del sector privado, ya que en el balance anual del partido constan algunos préstamos de menor cuantía de bancos como el BBVA, Abanca y el Sabadell.