Las navidades están prácticamente a la vuelta de la esquina y la mayoría de administraciones, tanto las autonómicas como el Gobierno central, ya están empezando a hablar de flexibilizar las restricciones para permitir que las familias puedan reunirse durante las fiestas, aunque manteniendo limitaciones al número máximo de personas y la movilidad entre las diferentes zonas de España.
Aun así, la mayoría de responsables políticos al mando de la gestión de la pandemia en sus respectivos territorios están siendo muy prudentes a la hora de anunciar sus intenciones, y casi todos han aclarado que las decisiones se tomarán después del puente de la Constitución y en función de cómo avance la situación epidemiológica en cada región.
La tercera ola podría llegar antes de Navidad «si corremos más de lo que toca»
Una de las autonomías que se ha mostrado más tajante en este aspecto ha sido Cataluña, que empezó antes que nadie su proceso de desescalada de restricciones ante la bajada de la mayoría de índices de coronavirus en las últimas semanas, en las que ha habido algunas de las restricciones más duras en todo el país, como el cierre de bares y restaurantes desde hace más de un mes y el cierre de gimnasios, cines, teatros y centros comerciales desde hace dos semanas.
Adrià Comella, director del Servei Català de Salut (Servicio Catalán de Salud), ha aclarado que Cataluña seguirá su proceso de desescalada con las fechas previstas, es decir, avanzar una fase cada dos semanas si los datos epidemiológicos lo avalan. Pero ha alertado que si «se corre más de lo que toca», existe riesgo de que la tercera ola empiece antes de Navidad, y quedarse sin fiestas, o que comience justo después, en referencia a las preguntas de algunos periodistas sobre si la región podría acelerar el pase de fase para el puente de la Constitución.
Comella ha alertado que la tercera ola sería mucho peor para los hospitales, que todavía soportan unos niveles de presión asistencial altos y que tardarán semanas en reducir hasta un nivel 'normal' los ingresos, tanto en planta como en UCI. De hecho, Salut contempla que una tercera ola podría suponer el «colapso del sistema», tal y como están los indicadores actuales.
El director del Servei Català de Salut ha querido ser muy claro sobre las consecuencias de no seguir las recomendaciones en Navidad, ante la posibilidad de que muchas familias se salten las limitaciones del máximo de asistentes a las reuniones que marcarán las autoridades: «Estas fiestas habrá transmisión y algunas personas acabarán en la UCI, o incluso perderán su vida por pasar un rato juntos».
Restricciones y confinamientos por Navidad
En el resto de España, muchos otros políticos han optado por posicionamientos similares y han mandado mensajes a la población para disminuir el máximo posible los contactos durante las próximas semanas. Mientras más bajen los contagios, menos casos activos con Covid-19 habrá, y los contagios serán menos probables durante esas reuniones. Aun así, se pide que se mantengan todas las recomendaciones sanitarias impuestas hasta ahora y que se cumplan todas las normas, incluido el máximo número de personas.
De momento, Sanidad recomendó a las autonomías que el máximo de personas sea de seis, pero muchas regiones como Madrid, Murcia o Cataluña han avisado de que su intención será ampliarlas hasta las diez personas si los datos lo apoyan.
Además, el ministerio permitirá a las autonomías flexibilizar el toque de queda, que actualmente está marcado entre las 23:00 h y las 06:00 h, aunque las comunidades pueden ampliar o reducir ese horario en una hora. De hecho, muchas zonas lo han implementado a partir de las 22:00 h.
Desde el Gobierno central se apuesta porque, en las noches del 24 y 31 de diciembre, ese toque de queda pueda decretarse a partir de la 01:00 h, y permitir de esta manera que las personas que se reúnan con sus familias tengan tiempo de cenar y de volver luego a sus casas.
Sobre la movilidad entre regiones, Sanidad no prohibirá expresamente los desplazamientos y deja en manos de las comunidades autónomas los confinamientos perimetrales. Algunas, como Castilla y León, se han mostrado partidarias de mantenerlos, mientras que otras podrían buscar eliminarlos durante las fiestas para permitir reuniones de familiares que viven en distintas autonomías.
Será después del puente de la Constitución cuando los gobiernos autonómicos empiecen a debatir y plantear qué medidas tomar, aunque, como siempre, estarán sujetas a la evolución de la pandemia en cada territorio.