Continúan abiertas todas las líneas de investigación tras la desaparición del padre con las dos niñas tinerfeñas Anna y Olivia hace ya 17 días. Todo apunta a que fue un secuestro parental.
Con el paso de los días y tras las fotografías plasmadas por la madre de las pequeñas en más de 300.000 cajeros automáticos, ahora las autoridades han alertado de que las pequeñas pueden llevar el pelo más oscuro para así pasar desapercibidas. Con motivo de ello, han difundido una nueva imagen sobre cómo podría ser el hipotético aspecto mientras continúa la búsqueda en la isla.
A ello también se ha unido la familia de las niñas, que, por medio de sus redes sociales, han compartido la fotografía: «Actualizamos fotos de las niñas, pueden estar cambiadas, seguramente teñidas de oscuro ya que su pelo rubio llama mucho la atención. También tener en cuenta que pueden llevar mascarilla», relata el mensaje.
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Así mismo, sigue la investigación en la que hay distintas hipótesis abiertas. Por ahora, los investigadores del caso creen que Tomás Gimeno, el padre de las niñas, podría haber recogido parte de la ropa y de los juguetes de las niñas momentos previos a desaparecer sin dejar rastro.
Por otro lado, en el conjunto de las hipótesis de la desaparición tras 17 días, se baraja que tanto el padre como las hijas no habrían llegado a abandonar Tenerife.
Seguidamente y con el paso de los días, el juzgado emitió una orden de búsqueda en todo el mapa nacional e internacional y se han realizado diferentes pesquisas al respecto. De igual manera, también se ha llevado a cabo un seguimiento de las embarcaciones que en el día de la desaparición realizaron rutas desde Canarias dirección a Cabo Verde.
Una situación difícil de afrontar
17 días muy duros para la familia, especialmente para Beatriz la madre de las niñas, y es que las investigaciones no cesan y apenas se conocen novedades, puesto que la ejecución de las pistas por parte de las autoridades se está llevando a cabo con total secretismo y discreción para evitar cualquier tipo de paso atrás.
Algunos profesionales como en el caso de Sonia Castro, del Instituto Europeo de Psicología Positiva (IEPP), afirma que ante situación de tales características como a la que se enfrenta actualmente la madre, es muy importante saber gestionar las emociones, el miedo y controlar este tipo de acontecimientos, puesto que: «El miedo es una emoción que se activa de manera habitual ante lo desconocido y ante las amenazas reales que puedan suceder, y la incertidumbre es esa sensación de no saber lo que va a ocurrir y que acompañará hasta que la circunstancia se resuelva, así que por supuesto que ambos van a ser protagonistas», explica Sonia Castro.
Muchas líneas abiertas
La madre no pierde las esperanzas y ansía ver a sus pequeñas pronto en casa sanas y salvas. Y el entorno de la madre de las niñas cree que el padre se las pudo haber llevado a Latinoamérica, por lo que tanto el círculo familiar como las propias autoridades, han desarrollado una campaña en las redes sociales para su difusión nacional e internacional.
Cabe destacar que, en aquella noche del 27 de marzo, cuando el padre se adentraba en el puerto dirección a su embarcación, un vigilante de la zona lo vio cargar varias maletas y bolsas de ropa en su lancha y además, este mismo le dejó a Tomás Antonio G.C. que recargara el móvil en su caseta después de que este adquiriera un cargador en una gasolinera cercana a la Marina, entre las dos veces que embarcó en esa misma noche.
Al día siguiente, ya interpuesta la denuncia por parte de la madre en el cuartel, la embarcación fue localizada vacía y a la deriva frente al Puertito de Güímar, y horas después, en la misma zona, el propio dispositivo de búsqueda que todavía se mantiene activo por tierra, mar y aire, encontró flotando en el agua una sillita de una de las niñas.