La llegada de las vacunas ha supuesto un soplo de esperanzas para gran parte de la población de todo el mundo, que empieza a ver el final de la pandemia de coronavirus cada vez más cerca, o por lo menos la pandemia tal y como la conocemos actualmente, con sus restricciones, con las fronteras de los países cerradas, cuarentenas forzosas y miles de enfermos y muertos cada día.
En los países occidentales, los del llamado 'primer mundo', la vacunación hace semanas que ha empezado, aunque no en todas partes a la velocidad que se pretendía. Aun así, países como el Reino Unido llevan ya un buen ritmo de vacunación, y ante la expectativa de que otros como Estados Unidos, Japón, China y la mayoría de países europeos también agilicen su proceso de vacunación, empiezan a surgir dudas acerca del futuro.
Un pasaporte de vacunación para reiniciar el turismo
Algunos países de la Unión Europea (UE) han propuesto ya la creación de un 'pasaporte de vacunación' para aquellas personas que hayan recibido la vacuna, para permitir flexibilizar algunas restricciones, especialmente las que afectan a las de la movilidad entre países, y permitir que comience la recuperación económica de algunos de los sectores más afectados por la crisis, como todos los relacionados con el turismo.
Con este pasaporte, las personas vacunadas podrían empezar a viajar por todo el mundo, mientras que las que no hayan recibido la vacuna tendrían limitada su movilidad. Este hecho es considerado como discriminatorio por otros gobernantes, como la canciller alemana, Angela Merkel, que ha rechazado que las personas vacunadas puedan tener privilegios frente a las que no lo están.
«Mientras no esté claro si las personas que han sido vacunadas pueden infectar o no a otras personas, no es posible tratarlas de manera diferente», explicó en una entrevista para ARD, la televisión pública alemana. En este caso, la canciller se refiere a las personas que hayan recibido la vacuna por orden de la prioridad marcada por sus países, pero no para los que rechacen voluntariamente la vacuna.
«Otra cuestión sería como tratar a las personas que, cuando la oferta de vacunación haya sido ya muy grande y en un contexto de vacunación voluntaria, no quieran ser vacunadas», ha añadido después, abriendo la puerta a que las personas que rechacen voluntariamente la vacuna puedan quedarse atrás en el momento de recuperar ciertas libertades, y mientras dure la pandemia. «Entonces surge la pregunta de si habría que hacer diferencias según el criterio: está bien, si no quieres la vacuna, es posible que no puedas hacer ciertas cosas», alegó Merkel.
Los 'antivacunas' se sienten discriminados
Estas palabras no han sentado nada bien a los colectivos 'antivacunas' o a las personas que rechazan ponerse esta vacuna en concreto, los llamados 'negacionistas', que acusan a la canciller alemana de chantajear a una parte de la población.
Algunas personas creen que con estas declaraciones, Angela Merkel pone sobre la mesa la posibilidad de discriminar a personas que, por sus creencias, decidan no ponerse la vacuna. Ven injusto que, mientras el resto de la sociedad vea levantadas las restricciones, como la posibilidad de poder viajar a otros países; las personas que no se vacunen no puedan hacerlo.
De momento no hay ninguna estrategia sobre qué pasará en estos casos, aunque muchos creen que cuando se levanten las restricciones, deberán hacerlo para todos los ciudadanos por igual, independientemente de que se hayan vacunado o no. Este momento tardará en llegar, puesto que la inmunidad de grupo no se alcanza hasta llegar, como mínimo, a un 70% de la población vacunada, algo que en Europa no pasará hasta verano.
Además, hay que tener en cuenta que no todos los países van a ir al mismo ritmo, por lo que podría darse la circunstancia de que mientras un país tenga a un 70% de gente vacunada en junio, en otros países de Europa estén en porcentajes alrededor del 40%, por ejemplo.
La UE, por norma general, siempre intenta moverse en conjunto, por lo que es de esperar que no se levanten las limitaciones en las fronteras hasta que todos los países hayan alcanzado un mínimo de porcentaje de población vacunada, y es probable que otros países de fuera de la UE también exijan unos niveles de vacunación diferentes.