Carolina Darias, ministra de Sanidad, anunciaba ayer que la obligatoriedad del uso de las mascarillas en interiores será historia a partir de la medianoche del 19 al 20 de abril. Tan solo habrá que seguir usando este tipo de prendas en el transporte público, hospitales y centros de salud.
Tras la nueva medida del Ejecutivo, muchos españoles se plantean si podrán desempeñar su trabajo sin la citada mascarilla. En principio, la respuesta es "sí", pero con alguna puntualización.
Y es que la Ponencia de Alertas (dependiente de la Comisión de Salud Pública) sigue aconsejando la mascarilla en el ámbito laboral. Lo expone así siempre que haya menos de 1,5 metros de distancia con los compañeros de trabajo. Además, también apuntan que es recomendable portarla si la ventilación no es la adecuada.
Con todo, lo más seguro es que el departamento de riesgos laborales de cada empresa decidirá si sus trabajadores podrán deshacerse de la mascarilla para realizar su trabajo.
Claves para considerar el uso de las mascarillas en las empresas
Hay varias claves por las que es aconsejable el uso de las mascarillas en las empresas. Por ejemplo, hablamos de un espacio cerrado, con aire compartido entre varios trabajadores. Y, en ocasiones, se suma a ello la llegada continua de clientes.
Además, los empleados pasan muchas horas juntos en el mismo espacio, hablando o realizando una actividad física moderada. Por si fuera poco, la ventilación suele ser un punto débil de las instalaciones de las empresas.
El inmunólogo Alfredo Corell apunta en Nius que “hay trabajos donde puede haber muchas personas muy cerca unas de otras. Hay poca distancia, no tienen buena ventilación, y además pasan mucho tiempo", opina de forma clara.
"No es lo mismo que en un restaurante, donde quizá pasas una o dos horas. O en un centro comercial, donde entras y sales, pasas media hora quizá… Si hay mucha concentración de personas y poca ventilación, es más delicado el tema de quitarla”.
Anuncian la fecha oficial del fin de las mascarillas
"Tendría sentido en condiciones especiales y con una incidencia más baja"
Por otro lado, para Joan Carles March, experto en salud pública, la complicación radica en "la diversidad que existe cuando hablamos de centros de trabajo".
"No puedes afirmar que todos tienen las condiciones adecuadas de calidad de aire o ventilación o número de personas. Y no hay un criterio claro sobre eso. Por ejemplo, sobre si tiene que haber tantas personas en una sala o no. No hay criterios claros y eso siempre dificulta tomar decisiones", razona.
Expone March que “la decisión de quitarla debería estar basada en centros de trabajos parecidos. Pero la variedad de lugares y formatos hace muy difícil decidir que se quite a todos y de cualquier forma”. El caso es que este experto abogaba por no retirarla en estos espacios de trabajo.
“En los trabajos solo tendría sentido quitarla en unas condiciones muy especiales y con una incidencia más baja. No es el momento todavía. En un entorno donde hay tanta variedad de situaciones, es mejor ir tranquilos”, señalaba horas antes de que Carolina Darias anunciase la nueva medida.
Por otro lado, desde la plataforma AIREAMOS se ha estudiado el riesgo de contagio que provocan diversos espacios cerrados y con los datos objetivos, no tienen dudas.
“Es más peligroso quitarla en los centros de trabajo que en el transporte público”, sentencian. La razón no es otra que existe más riesgo de contagio. Y lo hay por el tiempo de permanencia en ese sitio cerrado y el poco control que se hace de la calidad del aire dentro de las empresas.