La autopsia provisional ha revelado las causas de la muerte de la joven de 20 años que murió de COVID en Estepona, Málaga. La joven había dado positivo, pero el personal médico rechazó su ingreso en el hospital hasta en siete ocasiones.
Finalmente, la víctima falleció en el Hospital Costa del Sol al empeorar su estado. Los resultados de la autopsia han determinado que la joven falleció por una afectación pulmonar y cerebral.
La víctima empezó a notar los síntomas del coronavirus el pasado 25 de julio. Tenía dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea, y además tenía también astenia y sensación disneica, es decir, dificultades para respirar.
Además, la joven sufría obesidad mórbida, cifoescoliosis, amenorrea, retraso mental leve, trastorno de la conducta y síndrome ansioso-depresivo. Con todo, al tener varias patologías previas y con los síntomas descritos, la chica entraba en el grupo de riesgo de sufrir COVID grave.
Pero los médicos del servicio de Urgencias rechazaron su ingreso hasta en siete ocasiones. Todas las veces que la joven fue a requerir atención le dieron el alta médico y la enviaron a su casa.
Según el centro médico, la joven dio negativo en las primeras PCR que se hizo. Por ese motivo, consideraron que se trataba de una gastroenteritis y no la admitieron en el hospital. Pero pruebas posteriores, así como muestras obtenidas en la autopsia, han confirmado que tenía COVID.
La víctima no respondió al tratamiento y los medicamentos que los médicos le recetaron para su supuesta gastroenteritis. Su estado siguió empeorando por días, pero cada vez que volvía al hospital tenía que darse media vuelta y regresar a su casa.
Tras varios días así, pidió a su familia que la acercara al hospital porque ya no podía aguantar más el malestar. Según su familia, el dolor era "insoportable": "Ya no aguantaba más y se estaba muriendo".
Por fin, la chica acabó siendo ingresada en la UCI del hospital, pero en una situación de "fallo respiratorio, hemodinámico y hematológico". También sufría una "disfunción neurológica" en el momento de su ingreso.
Pocas horas después de su ingreso, el 8 de agosto, la víctima murió en el hospital como consecuencia de su grave estado de salud. Sus pulmones acabaron prácticamente destrozados, como especifica la autopsia.
El cadáver presentaba "pulmones de aspecto hemorrágico, con material trombótico, derrame pleural hemático bilateral, derrame pericárdico hemático y cerebro edematoso con signos de herniación infratentorial".
La familia denuncia al hospital
Muestras extraídas de diversos órganos de su cuerpo han vuelto a confirmar que la chica estaba contagiada de coronavirus. Ante esta situación, la familia de la joven ha denunciado al hospital por la vía penal.
Se han presentado como acusación particular y acusan al centro de negligencia médica y de un delito de homicidio por imprudencia médica profesional. Los familiares de la joven creen que el centro debió ingresarla desde un primer momento y no cuando ya era demasiado tarde.
Según denuncian, cuando la chica acudió a Urgencias, los médicos le dijeron que "había gente más grave" que ella. Por esa razón, y a pesar de mostrar sintomatología grave, la mandaron para casa en varias ocasiones. Ellos creen que su muerte se podría haber evitado.
Damián Vázquez, abogado de la familia, presentó la demanda ante el Juzgado de Instrucción nº1 de Marbella. Los resultados de la autopsia provisional se utilizarán como prueba, ya que el juzgado la admitió.
El hospital se defiende
Desde el centro médico confirmaron la muerte de la joven y transmitieron sus condolencias a la familia. Pero, para ellos, el daño ya estaba hecho y las buenas palabras no significaban nada. Sus allegados creen que la muerte de la chica pudo haberse evitado y que el centro no hizo nada por ella.
El hospital se ha defendido alegando que "la atención sanitaria que ha recibido en el área de críticos y durante la estancia en el centro ha sido adecuada y correcta atendiendo a los criterios clínicos". El problema, según la familia, no es el trato recibido una vez ingresada, sino el que recibió varias veces antes de hacerlo.
Los profesionales médicos han alegado también las patologías previas de la paciente como causa de su muerte. La chica no había sido vacunada todavía con ninguna dosis, y su estado previo la convertían en un paciente de riesgo.
Pero los familiares creen que, precisamente por esto, el centro debió ingresarla desde un primer momento. Aseguran que existe un caso claro de falta de atención y médica y han denunciado al hospital y al Servicio Andaluz de Salud (SAS).