Al aumento de casos de Covid-19 y a la gran presión a la que están sometidos los sanitarios se suma ahora un incremento en el número de agresiones. La última ha sido la que ha sufrido un enfermero en un centro de salud alicantino por parte de un paciente.
Los hechos ocurrieron, según la denuncia policial, cuando un hombre que se encontraba en una sala de espera del centro de salud de Petrer 1 estaló. Al parecer llevaba bastante rato sin ser atendido y se acercó hasta el hall del ambulatorio y empezó a gritar y amenazar a una celadora. Ante tal alboroto, el enfermero J.C acudió con el fin de que el paciente se relajara y solucionar el problema.
No obstante, lejos de calmarse, el paciente arremetió contra el sanitario. «Llevo aquí dos horas esperando y nadie me dice si está la médico», le dijo alterado. El enfermero le indicó que iba a solucionar el problema pero, con los nervios a flor de piel, el paciente le increpó: «Tú a mí no me tienes que decir nada», cuenta J.C.
Cuando el trabajador del ambulatorio se dirigió al mostrador de Administración para solventar el problema, el agresor le propinó «un fuerte golpe en el rostro, cayéndose al suelo y comenzando a sangrar por la nariz y la boca», según relata ‘El Mundo’. Del puñetazo la víctima perdió una pieza dental y parte de otra, que también tuvo que ser reemplazada después.
Un aumento exponencial de casos
Lo cierto es que, por asombroso que parezca, estos casos no son algo aislado. Y es que cada vez son más los sanitarios que se han visto agredidos verbal o físicamente por pacientes. «Casi todos los días recibimos denuncias de agresiones contra los profesionales sanitarios», alerta el presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana, ADSCV, Carlos Fornes.
El presidente de la ADSCV, describe la situación como «muy preocupante» y explica que «desde nuestra Asociación nos sumamos a la petición a la Administración de más recursos para los profesionales sanitarios, sobre todo en los centros de Atención Primaria, donde ya están desbordados».
Fornes explica que «a la demanda por Covid-19 se suma la de los pacientes crónicos que no se han atendido durante el confinamiento. La gente va al centro de salud porque no le cogen el teléfono y se lo encuentra vacío. No porque los médicos no estén trabajando, sino porque tienen ahora mismo entre 70 u 80 consultas telefónicas, que además son más largas que las presenciales».
«En los centros de salud y en los pasillos de los hospitales ya nadie se acuerda de los aplausos que se daban a los profesionales sanitarios a las 8 de la tarde. Aquellos homenajes han dado paso a otra situación en la que el aumento de los contagios, la presión hospitalaria, la preocupación social que existe, los problemas familiares y económicos han convertido a enfermeros y médicos en la diana de las frustraciones de los pacientes», se lamenta el presidente de la ADSCV.
No se denuncian todos los ataques
Según datos del Ministerio de Interior, las denuncias han aumentado un 18 por ciento respecto a 2019. No obstante, los incidentes son muchos más, ya que muchas de las agresiones no se denuncian y desde agosto están aumentando notablemente.
El presidente de ADSCV manifiesta su preocupación ya que «no solamente están aumentando el número de agresiones, sino que además no todas se denuncian. Por eso, insisto en que se tienen que denunciar no sólo las agresiones físicas, sino también las verbales: insultos, vejaciones».
No hay que olvidar que todo esto está tipificado en el Código Penal, y lo que hoy ha sido una agresión verbal, mañana puede convertirs en una desgracia.