La Guardia Civil se encarga en la mayoría de España por velar que se cumplan las normas de tráfico y que por tanto los conductores podamos circular con seguridad y que no se produzcan accidentes. Para ello su presencia en las carreteras es fundamental y en ellas se encuentran todo tipo de infracciones aunque hay algunas que sin duda parecen inverosímiles.
Estos es lo que les ocurrió a unos agentes de la Benemérita el pasado viernes mientras se encontraban en una carretera de la provincia de Orense. Y es que seguramente no podrían acabarse de creer que el comportamiento algo errático al volante de un conductor se podía deber a que este era un niño de apenas 9 de años que, y hace los hechos todavía más graves, iba acompañado dentro del vehículo por su padre.
Como decíamos, fue el pasado viernes cuando agentes de la Guardia Civil descubrieron que el menor estaba conduciendo un vehículo en el municipio de San Cibrao das Viñas. Fue concretamente el una patrulla camuflada del subsector de la Guardia Civil de Tráfico de Orense la que detectó el coche donde iban el niño y el padre.
Estos se encontraban haciendo tareas de inspección por las carreteras orensanas cuando localizaron el vehículo. Se cruzaron con esta furgoneta, una Peugeot Exprés según explicaba 'La Voz de Galicia', cuando esta circulaba por la carretera que une las localidades de Carballeira y Mioteira, en el consello orensano de San Cibrado das Viñas.
La patrulla tuvo la sensación de que al volante podría haber un menor y por eso decidieron dar la vuelta y ver si eran ciertas sus sospechas. Pudieron dar con el vehículo unos metros más adelante, interceptándolo en el kilómetro 0,1 de la citada carretera cuando eran alrededor de las diez de la noche.
Cuando dieron el alto a la furgoneta, pudieron comprobar sus sospechas. En el asiento del conductor había un niño que había estado conduciendo con total normalidad. A su lado, en el asiento del copiloto, su padre que no le dio más importancia a los hechos, pese a su gravedad. Y es que el niño no solo conducía en una carretera abierta al tráfico, sino que lo hacía con poca visibilidad al ser de noche y con unas condiciones meteorológicas que no eran las más adecuadas para la conducción.
El padre cuenta con un amplio historial de infracciones a la seguridad vial
La escena que se encontraron los agentes fue realmente surrealista. Habían parado a un conductor a quién no le podían exigir nada, al ser un niño de 9 años. Y es que por su edad, teniendo menos de 14 años, es inimputable, no se le puede exigir ninguna responsabilidad penal, ya que así lo recoge el actual Código Penal.
Lo que si pudieron hacer los agentes de tráfico de la Guardia Civil es tomar declaración al padre del niño, que como comentábamos, le acompañaba en el asiento derecho delantero. Su comportamiento si pude ser castigado como una infracción y será investigado como presunto autor de un delito contra la seguridad vial.
Pero, parece que está no sería la primera vez que el padre y propietario de la furgoneta, del que no han trascendido más datos, comete alguna imprudencia con el vehículo. Según explica el medio citado, tienen antecedentes por infracciones viales aunque ninguna por dejar conducir a un menor de edad.
La fiscalía de menores de Orense fue informada del caso horas después del suceso. A su vez, estos pusieron en conocimiento de los servicios sociales del concello para que haga un informe que determine como es el entorno familiar del niño y si se pueden haber repetido los hechos.