Los pacientes se quedan sin oxígeno sin notarlo, y eso aumenta el daño. Esta es solo una de las observaciones que se han constatado en pacientes de Coronavirus durante estas semanas, y aunque aún queda mucho por descubrir de este patógeno los médicos cada vez tienen más claro que el SARS-CoV-2 no es una neumonía más, sino una enfermedad que ataca a todo el sistema de forma silenciosa y letal.
Sí, estamos ante un virus respiratorio que afecta sobre todo a los pulmones, pero cada vez hay más pruebas de que es algo más que una neumonía y que el virus afecta otras partes del cuerpo. Se ha detectado que empieza erosionando las paredes de los vasos sanguíneos, sobre todo en pacientes con enfermedades cardiovasculares, y avanza sin ser detectado hasta causar un ataque sistémico global.
De hecho, muchos pacientes graves de Covid-19 apenas sienten la falta de oxígeno y en cambio sí que se manifiestan trombosis o embolismos por el aumento de la coagubalidad y otros síntomas más propios de otras enfermedades. Los médicos están detectando que algunos pacientes llegan con un infarto o una inflamación de la besícula y se trata de Covid-19.
Los investigadores están intentando determinar cuál es el factor común que propicia el ataque, pero cada vez más los síntomas se diversifican y ya hay muchos pacientes con Coronavirus que manifiestan fallo renal y hepático o afecciones neurológicas.
La hipótesis principal es que el nuevo coronavirus penetra a través de los receptores de las células que recubren el interior de lasarterias, el pulmón, el corazón, los riñones o el intestino. A partir de ahí se desencadena una «tormenta de citoquinas» por un exceso del sistema inmunológico, que causa la inflamación pulmonar que lleva a la insuficiencia respiratoria.
Fallo multiorgánico
Más tarde se ha observado que también se producen embolismos en diferentes lugares de la red vascular. En algunas autopsias realizadas en Italia se han constatado graves lesiones en los vasos sanguíneos y capilares de los pulmones, que hace que los órganos vitales entren en fibrosis. El corazón y los pulmones se espesan y acaban entrando en parada cardiorespiratoria.
La neumonía, al fin y al cabo, es la manifestación de un problema mucho más general causado por el proceso inflamatorio que es una respuesta del sistema inmunológico a la infección. La producción masiva de citoquinas y la acumulación de fibrina en las paredes de los vasos sanguíneos provoca una activación de la coagulación que en la mayoría de los pacientes lleva a trombosis y embolismos.
En el 25% de los pacientes esto acaba causando una embolia pulmonar, pero en otros pacientes se produce una coagulación intravascular diseminada (CID), o sea, una alteración de la coagulación en otros órganos que acaba provocando un fallo multiorgánico.
Por eso a los pacientes de Covid-19 se les aplica heparina, un anticoagulante que sin embargo a veces es insuficiente porque la inflamación es tan grande que la profilaxis apenas puede prevenir la trombosis. En algunos pacientes se detecta esa fibrina en los pulmones, pero en otros se ha descubierto gangrena en los órganos inferiores como el riñón y los intestinos.
La hipótesis más sólida hasta ahora apunta a que el Coronavirus ataca de forma más letal a las personas que tienen un daño previo en las paredes de los vasos sanguíneos (endotelio), es decir, los enfermos cardiovasculares, con diabetes o hipertensión.
Un asesino silencioso
Tampoco como virus respiratorio el Coronavirus se comporta de forma normal. Al principio se pensaba que actuaba como una neumonía común, pero se está viendo que el virus produce daños graves en el sistema respiratorio aunque el paciente se queda sin aire sin darse cuenta.
La expliación, de nuevo, parece estar en los endotelios, ya que el fallo no se produce en los alveolos, que es donde los pulmones cogen aire, sino en los capilares pulmonares, que no pueden coger oxígeno. Por eso muchos pacientes no sienten sensación de ahogo, pero se va produciendo un edema letal en los pulmones.
Las escalofriantes palabras del doctor Richard Levitan, experto en neumonías, da una idea de cómo mata el Covid-19: «Los pacientes no notan que les falta el aliento, pero sus niveles de oxígeno están cayendo. Cuando empiezan a notarlo, tienen una neumonía grave. Algunos están mirando a su teléfono móvil mientras en el monitor se aprecian niveles de saturación incompatibles con la vida».