Fue uno de los crímenes más espantosos que se recuerdan en mucho tiempo. Sucedió en Almonte el 27 de abril de 2013: un padre, Miguel Ángel Domínguez de 39 años, y su hija María de 8 fueron asesinados en su casa asestándoles 151 puñaladas, de las cuales 104 fueron para la niña.
Este doble crimen sigue sin resolverse tras casi 8 años, después de que el único acusado quedara absuelto y saliera en libertad tras pasar casi tres años en prisión preventiva. Se llamaba Francisco Javier Medina, y fue el único sospechoso y encausado hasta la fecha, quedando absuelto en un juicio con jurado popular en 2017; cuando sucedió el macabro crimen, Francisco Javier era entonces la pareja sentimental de la madre de la niña asesinada, y expareja del padre, por lo que se sospechó que habría podido cometer el asesinato movido por los celos.
Un crimen de estas características sin resolver genera mucha frustración, por lo que en 2019, la juez instructora ordenó que reabriera la investigación con un nuevo equipo de investigación que no hubiera trabajado la primera vez en el caso. Tras 21 meses de nuevas investigaciones, toma de nuevas declaraciones y revisión de grabaciones y registros telefónicos, los investigadores han llegado a las mismas conclusiones que en la anterior investigación, tal y como revela el medio ‘ABC’ , que ha tenido acceso al informe.
La investigación apunta en la misma dirección
«Las actuaciones practicadas no permiten descartar ni contradecir las conclusiones a las que llegó el anterior equipo de investigación» se concreta en uno de los párrafos del citado informe, que está firmado por tres investigadores de la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la UCO.
La nueva investigación ha durado un año y medio, pero no ha permitido aportar nuevos datos ni esclarecer quién pudo matar de esa manera a padre e hija, dejando un escenario del crimen de especial violencia y ensañamiento con la niña, que sufrió 38 lesiones inciso penetrantes, 18 incisas, 39 erosiones y 9 contusiones.
Los agentes han revisado 335 informes policiales, 545 entrevistas, 35 informes periciales, 102 declaraciones policiales, 35 declaraciones judiciales, todos los registros telefónicos, más de 45 Gb de fotografías y grabaciones de cámaras. También tomaron declaración otra vez a los conocidos y vecinos, uno de los cuales relató cómo esa noche oyó gritos de la niña, golpes y arrastre de muebles.
Según el informe, el autor era conocido por los fallecidos, pues la niña le abrió la puerta de la casa o el asesino tenía una copia de las llaves. Miguel Ángel, quien se encontraba en ese mismo momento en la ducha, fue al primero a quien atacó y luego fue a por María, quien intentó defender a su padre con un cuchillo, pero finalmente se refugió en su cama donde el asesino la mató.
El asesino, alguien del entorno
Los investigadores han concluido que el asesino debía de ser alguien del entorno que atacó a padre e hija de manera premeditada, movido por la venganza y la ira. Su perfil sería el de un hombre español, de entre 30 y 40 años y sin antecedentes.
«Se recomienda buscar a alguien que encaje con este perfil (no tiene que presentar todas las características) y que haya tenido algún conflicto previo con las víctimas o que tuviese la percepción de que su muerte le podría reportar algún beneficio de tipo personal o vital>< reza el informe.
Unas conclusiones a las que ya llegó en su momento el primer equipo de investigación, deteniendo al único sospechoso y entonces novio de la madre de la niña, que tras el juicio quedó en libertad. Este nuevo informe pues, supone otro varapalo para la familia, que no ve que se encuentren datos nuevos ni que la investigación cambie de rumbo para esclarecer al fin uno de los crímenes más violentos de los últimos años.